lunes, 9 de noviembre de 2009

XEER, JUSTICIA INTERACTIVA

Xeer, justicia interactiva.
Ya sabemos lo que los marineros de Alakrana hacían en el mar Índico, tan alejados de la costa española. El Alakrana es un buque atunero y el oficio de un atunero es prender atunes, se encuentren donde se encuentren. Y ellos siempre se encuentran donde viven.

Consultando Vikipedia, descubro El Atum surgiendo como un dios del bajo Egipto, paraíso donde se cultuaba al dios solar Ra, allá por el tercer milenio que antecede la era cristiana. A los incrédulos hay que decirles que son soberanas las pruebas que atestiguan  la existencia de Atum como legítimo heredero de Ra-Amón, cuyo origen y estirpe fue reivindicada por los faraones de las pirámides.

Con sorpresa, un poco asustado y considerando el politeísmo reinante en la región  mesopotámica por los tiempos en que mis antepasados Adan y Eva vinieron a este mundo, me pregunto: ¿Habrá que castigar el Alakrana por el delito de haberse empeñado en la financiación de una jornada de caza a los dioses de otros pueblos?

- “¡Nonsí!”-  me respondéis vos, mortales ciudadanos de Galicia. Y no podríais ser más claros y precisos en vuestra respuesta,  porque a tierras de Galicia, ese principado del Cáucaso hecho independiente después de 1087 de la era cristiana, conquistado por los rusos en el siglo XII, propiedad de Polonia y a seguir de Austria, para retornar a Polonia después de la primera guerra mundial y ver su porción levante cedida a la URS al término de la segunda guerra global, se fueron los gálatas con las epístolas de Saulo bien armadas bajo los brazos.

Es interesante observar como cada gobierno utiliza el perejil al gusto de su conveniencia. El perejil de los reyes católicos fue la cruz y la espada bien fundamentada en tres galeras deseosas de acrecentar más especiarías a la salada de entonces. Irak fue el perejil que Busch  introdujo en la indigesta salada americana por las tres gargantas de las Azores. Un peñón estéril, a pocos metros de Marruecos y utilizado como campamento de fin de semana por un grupo de alegres gendarmes,  fue usada como herramienta-chispa (felizmente desproveído de calor) para una potencial cruzada contra los moros. Ahora, el cuento se repite en el cuerno de África por acción intempestiva de dos republicas. De entre las dos, la más poblada sabe de su existencia por el ronco de sus barrigas y la voracidad de las lombrigas que se nutren de cuerpos hambrientos. La menos poblada es feliz por la felicidad que otorga el arte de vivir rico,  despreocupado e ignorante de las necesidades que la vida exige y no satisface a los pobres.

Me temo que en el tema del atún Zapatero poco puede hacer. Apenas intermediar por el final feliz de marineros españoles atrapados con  manos rojas del sol Atúm.

La cuestión de fondo está en la disputa entre dos republicas africanas disputándose la soberanía de riquezas marinas en los límites de sus doscientas millas. De un lado están los más de seiscientos mil kilómetros cuadrados de una república llamada Somalia, y del otro, una republica artificialmente constituida por 155 islotes con superficie árida encumbrada por no más de 500 kilómetros cuadrados, supuestamente servidumbre de paraíso tropical para acciones comercialmente al abrigo de tributaciones sociales. Seychelles, ex colonia francesa y ex colonia inglesa, fundamenta su economía en el turismo (seriamente afectado por el Tsunami de 2004) y la pesca del atún.

Como la vida es una eterna caja de sorpresas y el Alakrana tiene bandera de Seycheles y acento católico, en oposición a la fe islámica de origen sunita de Somalia, será necesario esperar que el futuro se presente para esclarecer quien es fenicio y quien es pirata; quien vulnera el orden filipino y quien desafía el poli céntrico sistema legal Xeer, administrado por el sabio anciano, a la sombra de una acacia, en la dura arena del desierto.

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