ARTE DE LA FUGA

Al elevarnos sobre la cumbre de dos montes, ambos tan opuestos, ambos tan cercanos, fuimos  tocando un conjunto de composiciones sobre un mismo tema, enlazado a varias melodías de polifonía armónica. Enfatizamos el horizonte en su línea horizontal y nos elevamos a las nubes en intervalos de notas musicales cuando el valle secaba los sudores de un anticiclón.

Fueron momentos consonantes de agradable fonética, aireados por el unísono, la cuarta, la quinta y una probable octava combinada en su consonancia perfecta. Había una consonancia imperfecta con buena amplitud sonora ofrecida por intervalo de tercera. Construimos algunas disonancias de séptimas, fricativas al oído por el roce temperamental. Abusamos de la libre imitación con técnica canónica en contrapunto múltiple para nuestra fuga temática. Afinamos el clavo para el ritmo roto y sincopado de Reggae y una gran confusión de ropa rasgada hirió el ébano del violín para miar en el aire con  su miado tristemente dulzón.

En fin, tocamos los instrumentos que a  una buena orquesta de cámara democráticamente les permiten tocar. Tocamos sin accidentes y sin la agudeza del verso esdrújulo, motivados por nuestras singulares motivaciones en fuga de algo insólito al contacto de algún sentido: los ojos, el oído, el recuerdo que también carrega sentido; el sentido del bienestar, la ilusión de un mañana mejor, el sentido de la atención que absorbe el pensamiento, el sentido de la voluntad en momentos caprichosos.

El oboe de figura extraña, cuerno ingles del heroico Pindoschan, tal vez retornado en los primordios del celta  barroco, arranca del pecho los primeros acordes, nasales y quejumbrosos, típicos de la gaita gallega. En contracanto, pasando el soplo por doble caña, sube el ton para una escala más alta, y desde allí, súbitamente y sin ceder el paso, se deja caer en los bajos del fagot, reforzado por los graves del metálico pistonudo trombón de vara. No tardarían en completar el juego los instrumentos que ofrecen madera al fuego dialectico de la polifonía urbana y por tales caminos nos dimos leña durante más de una semana.

Mañana, hoy quizás para ti, nuestras fugas sufrirán abrupta interrupción seccional. Será conveniente un pequeño intervalo para promover análisis del arte y la técnica tan magistralmente desarrolladas por el magnífico Bach. El punto de salida para nuevas fugas será el desarrollo de un tema base meneándolo con métodos simples de variación y sin ninguna preocupación por el perfeccionismo gramatical de la estructura temática. A medio camino, la fuga se comprime en estretto que obliga las voces a caminar juntas o que una empiece antes que la otra termine. Llegamos a la coda variando y contrastado a manera de epílogo para finalizar esta vana reflexión política.

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