domingo, 5 de junio de 2011

CAMARIÑANDO

Hola amigos, residentes ausentes. Para que gastar tiempo y dinero con nuestra intención de voto, sabiendo que nuestros hermanos residentes interinos para nada necesitan  nuestra opinión delante de las alternativas que el sistema partitocrático les ofrece
.
No me digáis que ellos no saben que el resultado de las elecciones corresponde a la probabilidad de sacar una papeleta premiada de un pequeño número, retirado al acaso del interior de una urna. Mejor sería economizar esfuerzo y preocupación con el uso y abuso de mi método de elección. Llamo le Galorego's Methodo para diferenciarlo del Método D'Hondt.

Consiste tal método en valorar el número de papeletas de cada partido postor al cargo elegible en cuestión. A cada mil euros, una papeleta, despreciándose valores fraccionarios. 

Supongamos que un partido hace fe de que el cargo de alcalde le cuesta un millón de euros. Tal partido  tendrá derecho a que la junta electoral, contra certificado de depósito bancario,  ponga en la urna mil bolas con un número de registro correspondiente a ese partido.

Imaginemos que la fe de otro partido no consiga superar medio millón de euros, su correspondiente partida en la urna será de quinientas bolas marcadas con el número de su bandera.

Supongamos en el caso extremo de un candidato independiente que en su insana locura quiera ser presidente y no disponga, en la tenacidad de su fe, más que mil euros, la junta electoral le garantizará el correspondiente registro de una bola.

Puestas todas las bolas a girar en un cesto, la mano de un ángel niño retirará, una tras otra y con reposición, tantas bolas como cargos están previstos para componer el cabildo.

Imaginemos que la composición aleatoria determinada por la mano divina del santo niño sea la siguiente:

5 I + 4P + 3B + 1S = 13

El resultado será prueba del deseo divino que quiso premiar la sigla I. Y a este partido, bloque o persona cabrá la presidencia del concello, y a los demás, la condición igualitaria de concejal, con opinión de fuero personal y libre para fiscalizar el presidente.

Supongamos el caso probable de un empate entre dos o más siglas. La decisión continuará correspondiendo a la mano divina que ira retirando, una después de otra y con reposición, tantas bolas como fueren necesarias hasta conseguir el desempate entre dos o más marcas.

Tal método de elección, os lo aseguro en mi condición de gurú espacial, no sería ni mejor ni peor cuanto a consecuencias del resultado que el sistema actual permite. Pero, convenid conmigo que sería mucho menos costoso y generaría menos tensión por angustia, frustración y amenazas. Y, sobre todo, una apreciable fuente de renda que podríamos camariñar para el municipio y sus heroicos villanos.




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