sábado, 27 de marzo de 2010

ALZHEIMER, GRIEGOS Y ROMANOS



No resisto a  la tentación de escribir parodia montada sobre el artículo de mi venerado amigo Paul Krugman titulado “Griegos, romanos y la Reforma Financiera”. Como él, yo también suelo envolver mi mente en pensamientos extraños para, dándole aire a diario, protegerla a mi modo de las investidas  del mal del tiempo.
La extraña analogía  entre regímenes militares  y la moderna economía es algo que me induce a formular análoga semejanza entre Alzheimer y política financiera. Para Krugman los ejércitos romanos eran constituidos por individuos generalistas muy habilidosos en el uso de la espada, en el manejo del dardo y en la protección del cuerpo siempre amparado por un escudo. El ejército heleno, por su parte, era formado por unidades especializadas en funciones bien determinadas, como Infantería, arqueros, caballería y otros colectivos.  

Para mí, el alzheimer tiene causas desconocidas y aunque existan hipótesis que la explican (déficit presupuestario de acetilcolina, acumulo amiloideo de reservas monetarias y otros trastornos hipotecarios) es una demencia senil que muestra sus cuernos a medida que avanzamos en edad. En su forma típica, se manifiesta en la forma de una bolla de contorno neurodegenerativo, con pérdida progresiva de valor de uso, regresión de la memoria activa y fuga de la capacidad mental por la que nos orientamos en el mercado.
Los ejércitos helenos, cuando optimizaban su estructura, llevaban ventaja por mayor alcance de la infantería pesada sobre la espada, los arqueros mostraban superioridad sobre los lanzadores de dardos y etc. Pero este tipo de ejército exigía un comandante fuerte e inteligente actuando en primera línea, que podía fallar si, actuando en terreno irregular, su calcañar fuese atravesado por un dardo distraído.
El ejercito romano, formado con soldados competentes y habilidosos sabían luchar en cualquier circunstancia aunque fuesen liderados por comandancia mediocre.  Como la mediocridad era normal en la jefatura militar, el ejército romano supo imponerse por habilidad democratizada entre los soldados.
Bueno ¿y que todo este cuento tiene a ver con la reforma financiera? – pregunta Krugman. Antes de 1980 el sistema se mostraba robusto, fuerte y bien estructurado en unidades ampliamente diseminadas. Con reglas simples y bien definidas carecían de reguladores inteligentes y delante de una concurrencia muy limitada el ejecutivo se puso a comer pollo sin saber que comía gallina de los huevos de oro.
En contrapartida, ahora con propuestas de regulación sobre la mesa, es indispensable un buen administrador, alguien que tenga capacidad gerencial para identificar riesgos sistémicos y proponer acciones para combatirlos.
Está bien – concuerdo yo – pero, ¿como se encaja el alzheimer con el problema financiero gallego? En nuestro país el sistema financiero ha sufrido atrofia centenaria y su metabolismo ha sido, y es, muy dependiente del comando del Banco de España. Por aquí no fue necesario memoria para mover la estructura morfológica y funcional de los cajones. El musculo crecido por aumento de tejido adiposo fue acentuando lesión del sistema nervioso, y eso puede ser la causa que por falta de recuerdos elimina la memoria.

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