domingo, 28 de marzo de 2010

FRIJOLES ROMANTICOS



Parece que tenemos un profeta imbuido de vocación mesiánica. Un día llegará de Irlanda el legendario Breogán para decirnos lo que la historia hablará de la presente confusión bancaria entre dos cajas de ahorros. Y dirá muchas cosas en conformidad con el color de la arena de la playa en que aporte su galera. Juzgará de un modo el Partido socialista, de otro, el Partido Popular; con relativa indiferencia juzgará el Bloque Nacionalista, con cierto desdén, las organizaciones sindicales y con mucha preocupación habrá de hablar del destino histórico de las caixas gallegas.
Habituado a actitudes erráticas y desleales en los mares del norte,  Breogan vendrá con sus hijos Ith, Bile y su nieto Mil Spaine y juntos tomarán decisiones desde el alto de la torre Hércules, erigida en la península Brigantia  con el objetivo de vigilar simultáneamente los viejos celtas de Irlanda y los modernos celtas del monte Gaiás. “Desde aquí – habla Breogan- nuestras ideas continuarán en el rumbo trazado y no lo cambiaremos aunque nos lo pida el cesar de Roma o el canciller de España. Navegaremos cara al mañana, pidiendo a Blanco promesas de justicia, un gesto alegre y firme el ademán. Todo por Una Galicia Grande y Libre, capaz de organizar la escuadra y mandar en la moral y en todos los principios que por justicia sirvan de medios para alcanzar el deseado final”.
Cuando Ith vuelve a la lejana isla del norte, reúne los reyes Danann para amonestarlos por la actitud socialista y los incita con acusaciones no fundamentadas  de veto a la ley de Cajas, bloqueo a la fusión y un sistemático rosario en tres tercios dedicados cada uno a cinco misterios de la vida. Charles the Black, aliado de Danann, emula Antonio el bruto, introduciendo la daga en el jugo del fruto electoral, guardado para ser comido con frijoles romanticos en las urnas del próximo conflicto local.

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