lunes, 18 de julio de 2011

VIVIR SIN AIRE


Quiero creer que el periodismo español está poco habilitado a traducir el pensamiento político de un líder popular.  ¿Como son capaces de escribir que España pierde el tiempo por un periodo de descuento sin que haya adelanto electoral?  Si adelantamos lo que sea a cuesta del tiempo sería como el milagro de entrar en el túnel del tiempo y dar marcha atrás y, después, jadear como locos en busca del tiempo perdido.

Algo de extraño hay, o en lo que escriben o en quien lo dice para que sea escrito. Pero mucho más extraño es el valor de esa pequeña masa de presidentes diputacionalistas, cuyas actuaciones poca transparencia ofrece a los ojos y oídos de la gran masa, afectada por los problemas que envuelve la gobernación y los banqueros en sus actividades financieras.

Está bien que como ciudadano europeo nuestro querido líder gallego demande de la señora Merkel contundencia en la exigencia de decisiones claras y entendibles, sin medias palabras, sin marchas laterales o al estilo del cangrejo, como generalmente ocurre. Por otro lado, es recomendable que el señor  Shoemaker haga los reparos necesarios a una vida digna, en tiempo presente, de todos los españoles que lo necesitan. Y esto el señor Zapatero no conseguirá si escucha y atiende la mala rabia de quien desea jubilarlo a tiempo perdido.

“Que haga los deberes”, dice Rajoi. También lo dije yo cuando escribí que el deber del deber es lo que importa.  Y si España va mal es porque no debe lo suficiente. O tal vez lo que debe, en realidad, no constituye un deber en sí y sí un haber por el mal juicio que se ha hecho del dinero, que a cualquier título es siempre propiedad del Estado que lo produjo.

Rajoi no lo dice, pero lo que a mi opinión parece querer decir es que no es justo que las personas humildes deban tanto en tan poco tiempo de vida que llevan bajo égida de la Eurozona. Un problema real que la artesanía de un habilidoso zapatero deberá des trinchar clavando cuero a los zuecos para proteger los pies descalzos de sabañones. Algo parecido con el pedido de aumento de la Gran Deuda Nacional que el señor Obama pretende arrancar del Congreso, y este, a una sola voz republicana, niega si el gran aumento no va destinado a aumentar el lujo del poderoso rico.

 Rajoi y Obama andan en la renta de un mismo camino. Rajoi no quiere el deber de los pobres, conoce el camino para que estos paguen lo que los bancos deben. Obama desea reducir el deber de los ricos, ha mostrado el camino para que el país ande por los pies de quien trabaja. El esfuerzo de Obama será echar aliento a la burbuja. El esfuerzo de Rajoi consiste en pincharla tanto como pueda.

Y entre pinchitos y vino, cuando vienen al ribero, nos cuentan como poco cuentan los más de seis mil millones de euros, que de lo impuesto al pueblo arrebañan las juntas diputaciones. Para nada más que obtener en la partida del sublime deber  tres mil y doscientos millones. Algo para morir de risa si al pecho oprimido le falta aire.

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