miércoles, 14 de enero de 2009

LOREG

LOREG

Si el cuerpo habla, que decir de la cara con tantos órganos comunicativos concentrados en el apéndice superior del cuerpo. La cabeza habla por los cotobelos; dice mucha cosa en un simple bamboleo; los pelos de punta son expresión de miedo, de pavor; las orejas, discretas en su movimiento, permanecen atentas a todo que pueda ser escuchado a su alrededor; una torcida de nariz nos deja extremamente preocupados y curiosos por arrancarle el significado; los labios, en su mímica labial, también dicen mucha cosa cuando la voz se calla. Pero el campeón absoluto en este concentrado sistema de información son los ojos.

La foto de Rosa Veiga (Correo Gallego), sacada de Feijóo antes de su conferencia en Ourense, espeja uno de aquellos instantes, cargados con múltiplos sentimientos reflejados por el poder comunicativo del cuerpo. La mirada de reojo, desde su posición altiva a 25 centimetros sobre la horizontalidad de la visón de Baltar, refleja, en el silencio expresivo de la boca y la transversalidad del foco, sentimientos preocupantes a su receptor. Este, como temporariamente hipnotizado, sostiene la mirada en un desafiante ojo a ojo, mantenido durante algunos segundos con el apoyo retórico de la modulación labial. A su alrededor, el clima parece preñado con una tensa atmósfera muy reveladora de presiones y contrapresiones pasionales, en un juego en que las palabras tienen poca habilidad en expresar lo que los contendientes quieren y necesitan decir.

En este momento el PP me transmite un sentimiento que me haría enrojecer si yo fuese militante del PP. A falta de conocimiento musical, resuelven martillar el pandero con el lero de la fotocopia resucitadora de los muertos ausentes. Sin la fotocopia, los vivos estarán muertos por voluntad del coordinador de los diputados gallegos del PP, y no habrá cristo que los salve.

Política no puede ser el arte del todo vale para el político que nos lidera. A esos hombres no les damos poder para que hieran nuestros sentimientos de ética y moral con acusaciones, que no se fundamentan ante la mínima investigación de la inteligencia mediana. Los tiempos de la obediencia ciega a los dogmas, creados al capricho de mentes perturbadas, han quedado atrás y no merecen ser resucitados.

A Feijóo ofrezco la gratuidad de mis servicios como Ausente Vivo. Le recomiendo lectura de la Constitución española al pie del muro de las lamentaciones. Si después de muchas cabezadas consigue entenderla, lo remito a la LOREG. Como yo se que usted está enrolado en contienda de cuya dirección no puede alejarse, resumiré su esfuerzo concentrándolo en el artículo 29, que afirma que “la oficina del Censo Electoral es el órgano encargado de la formación del Censo Electoral y ejerce sus competencias bajo la dirección y la supervisión de la Junta Electoral Central” y ésta, salvo prueba en contrario, no es dependiente de ningún partido.

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