viernes, 23 de enero de 2009

SENTIDIÑO

SENTIDIÑO

Algunos periodistas residentes en Santiago se sienten periodistas de segunda, otros se sienten rabiscadores de tercera y por aquí me quedo porque en Galicia solo tenemos tres grupos representativos: los Unos, los Otros y los deL Miedo.

A los votantes extraterres-tres no nos molesta que las fuerzas sociales exijan la acreditación de nuestra identidad. Nuestras molestias habitan un plano muy superior al de los jóvenes mortales. Nuestras molestias fluctúan en el espacio etéreo, entre lo material inmotivante y la espiritualidad contempladora. Votamos en función de nuestras creencias democráticas; votamos con un tenue hilo de esperanza por volver a la patria aunque sea encajonados en la forma de polvo. Votamos, con nuestro convencimiento, en una de las escasas alternativas que desde la metrópoli nos ofertan. Nuestro voto es depurado de algunos males que contagian el voto de los Residentes en la Cuna fértil de Breogán. Nuestro voto carrega vacuna producida desde el análisis de múltiplos modelos vividos y vivenciados durante medio siglo de existencia adulta.

En el mercado del voto gallego, el voto del Emigrante no tiene apoderados ni interventores representativos que lo cuide. Su valor en la subasta dentro del marco gallego depende exclusivamente de la idoneidad ética y moral, primero, de los agentes de Correo español y gallego, despues, de los trabajadores de la Junta Electoral Provincial. Luego, si en la cesta aparece algún pez muerto, atribuyamos el gran mérito de su olor azufre a los agentes del censo gallego y no a la pasividad agresiva de agentes celestes.

Olvida, con muchos embargos, nuestro preclaro periodista de los medios gallegos que en su pueblecito le ofrecen, a una distancia justa, urna para ejercicio secreto de su voto y, en tesis, el estado anónimo del voto le está garantizado por la supuesta honestidad del sistema - honestidad dependiente exclusivamente de las fuerzas residentes, también, en tesis, muy vulnerable a los intereses del guante invisible.

Interpreto, en la queja de este columnista del correo diario, visón despectivo de la personalidad paternal del gallego residente, al atribuirle su origen animal sin identificar con clareza el tipo de ganado de que este deriva. Una vez ganado, ganado siempre será para los caciquiles del voto y columnistas del Miedo.

Veamos hasta donde llega la manipulación verbal de nuestro amigo Carlos Luis: “debería luchar para que en Santiago o Lugo se vote en plan anónimo, y con agentes electorales que recogen cachos de soberanía a cambio de una gratificación”. Otra: “ no es fácil entender por qué la decisión de la Junta Electoral le ha sentado tan mal”.

- Ora, ora, Carlos Luis, no lo entiende quien anda mal de sentidiño. ¿Como tú interpretarías si en este momento, a rebeldía de cualquier ley mayor pero por un principio de isonomia, te obligasen a depositar en la urna copia autenticada del DNI?No lo dudes, si nadie reclama, en las próximas elecciones exigirán fotocopia de tu tarjeta de crédito y, para probar que es verdadera, pedirán que anexes los códigos de acceso.

El columnista democrático debiera sentirse honrado por constatar que hay voces oportunas que se mojan por atacar el casuismo de tortas desempañadas al capricho temporal de los pillos. Sentidiño, home. Fai ben.

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