domingo, 15 de marzo de 2009

CARRO-BAMBA

CARRO-BAMBA
“Demagoxia, oportunismo e falsidade acumulada”, es una grave acusación por cuenta de una despilfarrada inversión en un lujoso coche-bamba de fabricación alemana.

No cabía el ejercicio de isofonía con el mandatario anterior por parte del Presidente en el ejercicio legal de sus atribuciones administrativas. Sus voces eran distintas. La bandera del cambio exigía reforma radical en los métodos de gobierno. El pueblo gallego había entendido y aceptado el principio del cambio como un instrumento de ideología política capaz de resucitar la moral hispánica y liderar el rumbo hacia el bienestar, no solo de los españoles residentes y sí también de la gran comunidad latina, al otro lado del Atlántico.

La avaricia y la lujuria fueron el talón de Aquiles. Paris sabia que, si su flecha alcanzase el calcañar de su enemigo, la toxina transportada en la punta conseguiría su efecto devastador. No hubo asamblea de sabios para deliberar las consecuencias de sus efectos colaterales. La ambición, codicia y malos consejos de neófitos asesores sobrepondrían el interés personal sobre la prudencia y la sabia política de conquistar el trono por legítimo derecho de sucesión.

- Y hacer el mal – preguntan a Critón – se debe o no?
- Por supuesto que no, Sócrates.
- ¿Pero devolver el mal con un mal mayor, eso es justo, como se habla comunitariamente, o injusto, como pensará el justiciado?

Cualquier exceso es malo, el pueblo no perdona. Vasconia es conocida por la potencia de sus coches-bomba. Galiza no se quedará atrás, algunos carros transportan la hiel de la discordia.

Esa hiel, desastre vergonzoso de chapuzas y vaguedades, la transportaran dos vehículos de soberano nombre: A-8 y C-6. Ninguno de los dos tiene raíces ibéricas. Ninguno de los dos posee destino social, destino popular. Fueron creados para satisfacer el instinto de la vanidad, para representar riqueza y poder. Como el roncor de los tambores romanos, producen un efecto devastador sobre las familias pobres, desempleadas y arrinconadas en actos de desapropiación.

Medio millón de euros por un carro blindado es mucho dinero para la cabeza de cualquier gallego ahorrador. Muchísimos más serían los euros pagos por 31, aunque los 31 fueran sin blindar. No es hora de discutir si las amenazas que rondan un dirigente autonómico justifican tamaña inversión. Pero es hora de discutir el precio de un vehículo de tales características en el mercado libre.

En una subasta pública, un blindado de segunda mano, en buen estado, poco rodado, no alcanza los cien mil euros. Habrá Que vender el Audi blindado, pero, más que una propuesta de campaña, habrá que verlo como el símbolo de una victoria o el mote de una derrota, según el lado del ojo que mira. Es cosa para pensar, mi señor.

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