martes, 31 de marzo de 2009

EL JUICIO DE GB

El juicio de Gloria Lago

Galicia bilingüe es é una unha asociación sin ánimo de lucro cuyo cuxo fin primordial es defender el o derecho direito de los dos padres pais o, en su seu caso de los dos alumnos, a elegir elixir la a lengua lingua  vehicular en la na que estos estes han de ser educados y, en general xeral, el derecho direito de los dos a elegir elexir en cuál de las das dos duas lenguas linguas oficiales la a administración ha de comunicarse con ellos eles.

Con un mínimo de variantes, dificultamos la comunicación formal del gallego con millones de habitantes.

Personalmente nunca tuve problema con las dos lenguas, tan fluentemente habladas por mis padres. A la cultura hispánica, irradiada desde Madrid y Coruña, mis oídos registraban la sonoridad fonética de los portugueses, desde Oporto, a través de su magnífica y potente estación de radio. Hablo de los años cincuenta del siglo pasado.

Más tarde, en el albor de mis veintiún años, para comunicarme y sobrevivir en un complicado mundo de comunicación técnica, me vi envuelto en un proceso de resocialización extremamente conturbado: pensaba en español, sabía hablar gallego pero sólo era comprendido en portugués. El proceso de traducción simultáneo estaba poco desarrollado por aquellos tiempos, y todavía hoy sufre accidentes ortográficos y semánticos muy capaces  de anublar el pensamiento, confundir el mensaje y provocar el tatexo. Cierto dominio en el lenguaje matemático, a través de la morfología aritmética y sus derivados en el campo de la geometría descriptiva y analítica, constituiría el arca en que navegué durante toda mi vida hasta alcanzar los plácidos días de mi jubilación.

Pero los días tormentosos, cuando todo en vuelta de mi arca se inundaba,  fueron muy difíciles. Para hablar fluentemente en portugués necesitaba pensar en portugués. Y para pensar en portugués debía ignorar los códigos  de la comunicación española. Era como querer ignorar la existencia de Dios después de haber aprendido a confiar en Él.

Profesar dos religiones, cuando ellas se oponen entre sí, es muy difícil. Vivir seguro en ambas colectividades es prácticamente imposible, pues llega el momento en que el dominio de sus autoridades se pone de manifiesto y, por bien de la sanidad física y mental, el fiel se siente obligado a escoger partido.

Galicia bilingüe es otra agrupación que se alimenta de fundos públicos. Se fundamenta en el principio de guerrear por la convivencia pacifica entre dos modos de explicar la vida con códigos diferentes para decir lo mismo. No se dan cuenta que algunos derechos exigen deberes no compartidos por otros derechistas. El derecho de hablar la lengua que queremos no se traduce en la obligación de escuchar y entender la lengua que no queremos. Quien habla busca los oídos y ojos que lo entiendan. Quien escucha pide para quien habla se exprese en la lengua que sus oídos y ojos entienden. Radicalizar deberes y derechos que no combinan en utilidad es fuente latente de poderosos conflictos.

 Galicia Bilingüe, al contemplar la convivencia de dos derechos que se oponen por necesidades que no se complementan, incurre en los mismos erros de las galescolas de Quintana, de la Mesa de Carlos Callón, de la cubana Real Academia Gallega y otras entidades que buscan vivir placenteras al amparo de fondos públicos, sin que el buen y elemental juicio pueda interceder favorablemente por cualquier de ellas.

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