lunes, 3 de mayo de 2010

RONDA

El debito publico de Grecia alcanza 115% de su PIB para un presupuesto deficitario de de 13,6 %. Es una situación que da cuerda a cortes radicales en gastos corrientes. Del navajazo surgirán  dramáticas consecuencias sociales acompañadas de fuerte recesión.
George Papandreou avisa que será necesario hacer un enorme esfuerzo para obtener un paquete de apoyo sin precedentes en la historia moderna. Un gran esfuerzo fue admitir subordinación a las directrices del FMI y sumisión a las exigencias de la UE. La alternativa posible sería admitir la quiebra generalizada en Grecia con consecuencias que se irían arrastrando por el resto de Europa.
Para salir del atolladero hoy se ha sellado en Bruselas un acuerdo por el que durante los próximos tres años Atenas recibirá 140 mil millones de euros. Será el mayor rescate internacional de toda la historia.
Para Papandreu el sector público es un enorme y muy enfermo gigante; necesita ser reducido para contener el déficit público en limites admisibles. Habrá cortes litúrgicos entre los funcionarios y, de momento, sentirán como se encoje sus salarios con pérdidas equivalentes a  dos meses de sueldo; le seguirá un fuerte resfriado por congelación en el siguiente periodo de tres años. Las pensiones seguirán el mismo camino, al mismo tiempo que se multiplicará el desempleo. Ya se prevé aumento del IVA en 2 puntos porcentuales, que serán sumados a los actuales 21 %.
El lema de Papandreu fue: “elección entre la bancarrota o la salvación”. Paradoxalmente, aunque haya escogido la salvación recurriendo al FMI, para muchos griegos tal escoja significará absoluta quiebra, con paros puntuales y una gigante huelga general capaz de parar el país el próximo miércoles.
El repicado de las campanas ya ha salpicado en España, que hace poco vio como se rebajaba la categoría de su deuda a un calificador capaz de aumentar el coste de su crédito.
Gracias a nuestra particular democracia y feudalismo autonómico, todos estos problemas y sus posibles consecuencias rondan, ignoradas, nuestra querida Galicia.
 

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