El registro de 29.629 defunciones en un año sería una noticia para dejar absolutamente despreocupados a todos los agentes del INSS, por la perspectiva futura de que en el año 2100 no habrá más gallegos para recibir la pensión. Pero ocurre que el año pasado se ha observado inversión del alza en función de la mala leche de 530 paisanos que han resuelto terquear las proyecciones del INE y pusieron cuernos a la guadaña da morte.
Delante de tan fortuito suceso en el seno de la crisis financiera, en breve tocaran campanas de alarma convocando adhesión a las defunciones para evitar mayores contrariedades a los gestores de la pensión. Invirtamos la tendencia a la longevidad y apuntémonos a un merecido certificado de indulgencia que apremie nuestra entrada en el cielo y facilite que nuestros señores tengan expectativa de vida longa y con mucha opulencia.
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