lunes, 31 de mayo de 2010

UNO GANA, MUCHOS PIERDEN

Los países industrializados del llamado primer mundo han caído en el mismo hueco en que se hallaban los países en vía de industrialización del llamado tercer mundo. Para caer en el hueco no fue necesario mucho esfuerzo. Muy a lo contrario, bastaba empinar la nariz, exhibir cierta dosis de arrogancia con pitadas de fuerte esnobismo y … a soltar papaventos a los cuatro vientos.  
El desempleo en los países industrializados era previsible como consecuencia de que la principal virtud de la teología mecanicista es eliminar trabajo humano y producir bienes y servicios por medio de maquinas. Trabajar, lo que se dice trabajar, nadie quiere, pero los recursos indispensables a la vida, obtenidos con el esfuerzo del trabajo económicamente organizado,  habrán de ser conseguidos de algún modo, con trabajo o sin trabajo, con orden o por el camino del desorden.
Las medidas extraordinarias adoptadas para evitar lo peor son medidas que vienen para reforzar el sentimiento de que lo peor está para ocurrir y que los niveles alcanzados de desarrollo y bienestar deberán ser rebajados a una altura sostenible.
La reducción del déficit para el conjunto de las administraciones publicas de España hasta un 3 por ciento del producto interno bruto, previsto en el Plan de Estabilidad y Crecimiento 2010-2013, es una meta con poca probabilidad de suceso si todos los agentes del sistema económico no se unen y entran en campo con disposición de marcar gol y defendernos de los embates de otros equipos que vienen a juego con la misma disposición. No olvidemos que en la liga del capitalismo los juegos son contienda de un único ganador y un gran número de perdedores.

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