domingo, 15 de mayo de 2011

Dominique en mal domingo


Por presunción de inocencia nadie puede ser condenado culpado hasta que se pruebe su inocencia, o se justifique participación en la culpa de que lo acusan.

Interesante.

Uno de esos imperiales, poderosos de un país de quien nuestro gobernador desea imitar su modelito, ha sido arrestado en New York por un acto criminoso de tentativa de estupro y cárcel privado.
Parece un cuento típico de nuestra literatura parroquiana:

 Un señor, director-gestor de un Fundo Internacional de Dinero, estaba en una de las habitaciones de un caro hotel de New York cuando, después de unas copas de carísimo whisky importado,  se le ocurrió hacer lo que a todo riquito se le ocurre hacer, distraer el dolor prostático poniendo su atención en la lujuria causada por una hermosa doncella de 32 años, que curraba su vida ganándola honestamente como empleada del  hotel Sofitel, en Times Square, New York. 

Por presunción de inocencia habría que pedir explicaciones a la señora sobre lo que hacia a aquellas horas en el hotel, cuando sabia que en una de las habitaciones había un señor extremamente poderoso, jefe del FMI y carente de algún regocijo sexual.

Ella respondería que vio Monsieur Dominique salir desnudo del cuarto de baño y, avanzando sobre el corredor hasta el zaguán donde ella se encontraba, la atracó con toda la furia de un amor incontenido y la condujo, apenas con el embrujo de su musculatura, a una plácida cama, donde le dio orden de prisión por cuenta de 3 mil legítimos dólares, cantidad insignificante para un insignificante descanso nocturno en una lujosa habitación de un lujoso hotel de una rica ciudad.

-        -   Vean señorías, no se puede acusar un hombre de practicar acto libidinoso por el simple hecho de salir desnudo de un cuarto de baño. Si entre los aquí presentes existe un hombre o una mujer que toma baño en la intimidad de un caro hotel vestido o vestida con rendas de lana que tire la primera piedra.

(¿...?)

-       -   No veo, Señorias, el sol ruborizarse por la sombra que pueda provocar una lluvia de piedras. Luego debemos concluir que hay personas en este mundo que ven hechos con ollos do demo, viendo lo que  no debían ver, o sintiendo en su más íntimo lo que en su íntimo no debía sentir. Declaremos el señor del dinero internacional un mártir de la vana acusación. Lo prendieron injustamente un minuto antes del avión  Air France decolar a camino de París. Fue una pena que le causaron por no poseer inmunidad diplomática.

El gobierno del modelito que nuestro gobernador desea importar de Paris ha declarado que Monsieur Dominique es inocente hasta que se pruebe lo contrario. Y si lo contrario no tiene otra prueba que el dolor de una mujer violentada y ultrajada, cabrá a la inocencia de esta señora todas las penas que la virtuosa ley determine. Ough, mundiño do can.

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