Explica hoy (4 de mayo) mi querida amiga Lucia Gonzalez las razones de votar mañana (22 de mayo) los encargados de tomar las riendas políticas en nuestros municipios. En un momento de bajísimo crédito de los políticos – dice – los municipales tendremos la oportunidad de cambiar todo aquello con lo que estamos disconformes.
Vana ilusión, ya que los municipales no tenemos ninguna posibilidad de elegir quien quiera que sea, exceptuando tres o cuatro alternativas en un conjunto de bandos que nos imponen para que finjamos la gracia de ser libres y democráticamente avanzados.
Como yo, muchos gallegos (contra su voluntad) dejarán de cumplir el sagrado ritual de comulgar ostia de filosofía democrática y salir del evento creyentes de que somos útiles para alguna cosa y, habiendo escogido quien queremos, ahuyentaremos de nuestras vidas todo el flujo negativo del demonio que nos acecha.
Una mirada radiológica a las cuidadosas galas encarteladas en maquilladas sonrisas, nos hará ver que, aunque algunas conciencias vengan albadas con la más blanca y pura intención, no son ellas las que ocupan la cabeza del bando, que nos ponen, para nuestra ofuscación, en brillante bandeja plateada de la hija de Herodes.
Galilea cuenta con cuatro provincias gobernadas por tetrarcas diputacionales. Antipas era uno de ellos y se unía a los otros apenas por un odio común a lo que era comunitario entre ellos. En lo demás, disputaban cruelmente el poder supremo de la fiscalía socio-politica de las aldeas, a las que, a cambio de fabulosos tributos, ofrecían falsa protección. Xan Batista, a quien cupo la honra de haber bautizado Cristo, cayó en desgracia del tetrarca por la simple razón de haber denunciado la corrupción e inmoralidad en uno de los bandos políticos.
Al levantarse las cortinas del 22 de mayo, estaremos en fiesta democrática y más de una doncella, ilusionada por algún joven profeta, querrá besar su candidato. Y el candidato retribuirá el beso, espejando en la superficie brillante de la bandeja saloménica el triste beso de Judas.
Por una cabeza se hizo famosa la danza de los siete velos. Y por una cabeza, a ella ofrecida en histérico delirio, Salomé murió condenada.
La democracia, como la belleza, es buena. Elegir a quien queremos que nos gobierne es un acto supremo de mejoría social. La depuradora fue idealizada para librar el agua de la impureza que la corrompe. Para que agua brote pura, cristalina, insípida e incolora, necesario será invertir en la calidad de la depuradora.
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