jueves, 24 de noviembre de 2011

CONTIGO APRENDÍ


Sosieguen las sienes de los que moran en el condado de Perceebes, la crisis se resolverá sin ningún milagro que pueda ser atribuido a la crisis. No faltaría más. El gran milagro que ya se puede sentir andando  a pie por las corredoiras del mundo aldeano es la enorme tajada que los creedores de la fe financiera van arrancando del martirizado deudor.

Por tan gloriosa estrategia operativa de la conjuntiva visualización recurren a la deuda soberana para multiplicar su crédito oficial por 1,07 a cada año. Mucho antes que ellos se apoderen del todo, nosotros nos quedaremos sin nada, andaremos leves como la pluma para volar a nuestro placer en dirección a nuevas emociones.

Contigo aprendí que esta será la primera verdad del cambio en la truculenta operación financiera. Aprendí como será la gran verdad que arrancarán de algunas verdades para albergarlas inquietas en los corazones de todos los españoles. Aprendí como son las cosas buenas y también como las verdades que existen caminan por aquí, pero contigo aprendí a no querer verlas desde el día que te vi triste y sereno en ese tu mundo de impuras realidades. Si por la clareza, el rigor, la seriedad, el trabajo constante y la perseverancia astuta nada pudimos sacar del programa electoral, por una justa reacción, con la misma medida de sentido opuesto, diremos ahora que el mandato otorgado salió de las urnas para dar secuencia a las reformas necesarias

Habiendo trabajo para todos, en tiempo real, con fe de calidad en la esperanza y sin brotes de la caridad hipócrita, todos viviremos hermanados en una justa paz social. El compromiso con Europa será un compromiso sincero por el cumplimiento de lo que se pueda hacer, inequívocamente libre de  adjetivos rotundos, muy contaminados por esa fe hechicera de que uno puede morir feliz viviendo en la miseria. Contigo aprendí que estoy empezando a aprender.




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