miércoles, 16 de noviembre de 2011

PARADIGMA DE LA RANA


A 4 días del 20/n la valentía y la prudencia muchas veces se oponen. Cuando caminan juntas es para aconsejarnos a esconder la mano después de arrojar la piedra. Es un buen consejo de la prudencia para evitar que nos acusen de haber derrumbado el propio tejado de tanto pedregullo lanzado en esa dura, gigantesca y dificil casa de gobierno.

La cosa no anda para chistes y las alternativas que nos presentan para el próximo domingo será encajarse entre las duras y las maduras para ofertar el voto con altura de miras y así lo hagamos volar  sobre los instrumentos de grandeza, que es la única visión que a ellos importa.

Sin cualquier programa presumiblemente factible, lo que vamos discutir el próximo domingo es la gran división entre resignados e indignados. Será el gran encuentro de dos equipos tradicionales y sistemáticamente rivales. Después del juego en colosal mata-mata habrá cambio de banderas. Para los que pierdan, la resignación. Para los que ganen, la indignación. Si, si, indignación porque no consiguiendo vender la factibilidad de los planos que por la parte de la ambigüedad programática  creímos que tenían en la manga, sobrará la resignación de considerarlos indignos de nuestros amores.

Nos dicen que quieren estar entre los primeros de la primera división del mundo de la deuda del euro. Veamos, el primero es Grecia, el segundo es Italia y el tercero, el ganador del juego entre España y Portugal. No es tarea imposible. No neguemos la voluntad de superar las dificultades y seguir adelante. Esa voluntad la tenemos todos que respiramos. Pero sería mucha osadía hacernos creer que delante de la tropa que llega para desalojarnos, el desahuciado tendrá fuerzas para arengar consignas, opiniones y sugerencias que defiendan la permanencia en sus hogares. A la incertidumbre actual seguirá una monumental fiebre capaz de agitar la marea de reivindicaciones naturales que, sin respuesta factible, se transformará en una gigantesca onda para bañar toda la piel del toro que agasaja nuestra querida Iberia.

“El gobierno no puede ser escaparate de figurantes, sino que tiene que estar formado por personas serias y competentes que sepan de lo que hablan”. Pero esos que saben lo que hablan dicen: “no hacemos otra cosa que hacer lo que él nos  dice”.

Él nos dice que estas elecciones las van ganar porque el español no tiene otra alternativa, y sin alternativa abriremos las piernas para dejar la pelota pasar. Serán tantas pelotas que será imposible al arco de las piernas dejar que todas pasen. Muchas se atascarán porque solo habrá empleo cuando haya inversión y habrá inversión cuando haya dinero y habrá dinero cuando haya crédito y habrá crédito cuando paguemos los dólares que debemos.

¿Y donde se encuentra todo ese tesoro de los miles de millones de dólares que debemos? En la isla del BCE no parecen estar, de lo contrario no habría problema, los devolvería al FMI y la cuenta de la deuda estaría encerrada, para desgracia de los intereses, claro. Todo ese dinero fue parar en manos de las economías en desarrollo. Salieron corriendo de España para financiar obras de construcción y torres gigantes para el hogar humano. Hogar que se tornará deshumano después que se compruebe que no tienen el dinero que se perdió en comisiones y fueron desviados a paraísos fiscales por la puerta trasera. Vivimos el paradigma de la rana. Como todos sabemos, la rana se cuece sin dar señales de sentir que su entorno se está alterando, se la acomoda al agua tibia y se deja nadar libremente mientras sube la temperatura; cuando el agua empieza a hervir la rana siente algo extraño pero es tarde, la rana está cocida por dentro.

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