Repiten hasta lo absurdo todo el bien que lo pasaban en tiempos que ellos gobernaban. Repiten tanto que ya me va picando la nariz por oler un cierto sentimiento de que en el fondo ellos no se lo creen. Yo sí lo creo. Y ellos debían creerlo y omitirse de repetirlo tantas veces como el ave de un rosario.
Entre una estación y otra van depositando una chorrada de lamentaciones como esa de que el Estado del Bienestar es un tío muy resentido por las políticas socialistas. El estado de quien bien está nunca se resiente de lo que decide la política imperialista del centro-capitalista. Que sí, que sí, se lo digo yo: lo pasan bien y se deja llevar por ese bienestar, muchas veces bienestar indecible, bochornoso, peligroso y, a la larga, destructivo porque siempre habrá de aparecer huno que ponga la pata sobre la hierba en que pace algún burro perezoso.
No se ruborizan al hablar de un supuesto programa que, mirándolo a destajo, absolutamente nada programa. Y no lo digo yo que lo he leído de punta a rabo. Lo cuenta Rubalcaba al cabo de todo un programa delineado para que ambos dijesen lo que van hacer en el supuesto que a uno le caiga la cara y al otro le toque la corona. Nada, absolutamente nada. Y es por ese nada absoluto que vamos salir a la calle, irritarnos con otros compañeros y depositar nuestra intención de ofrecer representación a alguien que no dice lo que hará. Hombre, esto es muy revelador de la vocación que tenemos para llevar palo de algún caradura y después cantar plegaria de la piedad en novena novedosa.
Las cosas siempre se pueden hacer bien y de hecho son hechas para el bien de alguien. El gran problema es que ese alguien son siempre los mismos, cuspen en el plato y después ironizan el cocinero, el pescador, el carpintero, el zapatero y todos aquellos que al fin y al cabo necesitan vivir de su trabajo industrial o artesanal.
Pero vamos a ver, ¿entre todos los votantes existe uno que sepa explicarme lo que es una política eficaz o un programa factible? Díganme lo que es una política nueva pero no novedosa.
Jugando con palabras no apenas uno me daría mil respuestas. De la política sacaría la idea de que unos pocos cuajan un conjunto de acciones destinadas a gobernar muchas personas. A la política sustantivada en lo abstracto la modifican con el adjetivo eficaz y ya vamos pensando que las acciones se harán como programado, sin altercación, sin contestación, sin oposición; algo nuevo, sin duda, pero poco novedoso.
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