lunes, 7 de noviembre de 2011

REFORMA FISCAL (1.6)

A 14 días del 20/N

Ah, la reforma fiscal, he ahí algo que siempre interesa a cualquier nuevo gobierno: modificar leyes en vigor para adaptarlas a su mejor conveniencia  y bondadosa templanza, guiado  por el deber de la conciencia, más bien que por las prescripciones rigurosas de la justicia (RAE definiendo equidad).

16. No se entiende como puede ser modernizado algo que se impone a toque de palo desde los tiempos más antiguos, claramente registrado en el artículo 31.1 de la Gran Ley. Miren ustedes, en cuestión de residencia el artículo 18 constitucional garantiza la intimidad personal y familiar y la propia imagen. Esa garantía, según la propuesta de reforma del Impuesto de la renta, no garantiza ese derecho a los desahuciados por motivo de desempleo. Defiende el ahorro a largo plazo, sin duda, pero la gran duda estará en saber si a largo plazo estaremos vivos los que hoy ya ninguna renta tenemos para ahorrar. ¿Esa reforma no se hará para dar harina a quien es dueño de un trigal? Planes de pensiones tributados me suena a plan de rico financista que quiere dar golpe en el dedo y otro en el clavo y siempre acierta la cabeza del trabajador, mermando su pensión, aunque a veces se equivoca y consigue transformar un rico distraído en miserable desesperado.

Elevar los mínimos familiares en el IRPF, especialmente en relación a las familias numerosas  sería algo justo que ya no se ajusta a casi ninguna familia española. ¿No han oído ustedes que la tasa de natalidad decrece en proporción al alarmante desempleo? A este punto programático habría que añadirle una lupa para descubrir la familia numerosa habitando dentro de la península ibérica.

17. Cualquier tipo impositivo por muy guapo o guapa que sea no es algo que pueda interesar la razón de cualquier sociedad. Arrancar al chulo societario un quinto, si es pequeño, o un cuarto si es grande,  siempre será un robo si no tiene renta para ser tributado.

Por cuestión de bondadosa templanza y guiado por el deber de la conciencia y el toque de Augusto Algueró,  que despierta el alma picante en las Decajornadas de Boccaccio,  más bien que por las promesas expuestas en el apartado de supuesta reforma fiscal, atribuyo al artículo 1.6 del programa popular un aprobado raso, flotando ligeramente arriba de un cuatro, para que no nos ahoguen en el pozo de la reforma fiscal.

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