sábado, 26 de diciembre de 2009

DE LA IGUALDAD

Pasado el momento, será una igualdad absolutamente desnecesaria.
Todo hombre con poder extremo es un dictador de sus propias pasiones. Sus órdenes son emitidas para construir a cualquier coste. Y construye mucho. Construye palacios, construye monumentos, construye escuelas, desavencias, iglesias, un formidable ejército y un colosal cementerio para albergar todos los muertos. Construye también un estado de plena igualdad en que no son admitidas diferencias entre lo blanco y lo negro, entre la izquierda y la derecha entre el pobre y el rico. El dictador se doblega únicamente al mando de una fuerza suprema, a quién reconoce y declina fidelidad, en intenciones que por vicio del credo también lo contamina y transforma el dictador víctima de sí mismo. El dedo santo de un dictador es instrumento convertidor de todo lo que toca, y de su voz un monótono fungar resuena el eterno deseo del vello de oro aplicado en sentencias de máxima capitalidad. Maximaliza el territorio, maximaliza la ridicularidad del paisaje, maximaliza reglas para contención  de gastos sociales reorientando algunos hacia el interés de seguidores, maximaliza la vida elevándola a la categoría de Capital humano a servicio del deshumano dictador.
¿Que son los salarios sino una forma de humanizar las diferencias? ¿Para que fortalecer tamaño despojo del trabajo cuando podríamos aplicarlo en siembra productiva? Identifiquen todos los males que el salario ocasiona y verán como se viste de blancas razones el alma dictatorial. Pongamos lado a lado el perfil de los asalariados y el perfil de los abonados por la gracia del dictador. A la izquierda veremos una opaca masa y sus ansias ahogadas por grifos de la multitud. A la derecha, el símbolo dictatorial, bien armado, uniforme y disciplinado, iluminado por el sol y sonido ecofónico de la virtud capital.
Lean, lean, señores. Lean al turino Bobbio y verán la giustizia y libertà, que por penas de advertencia puso el alma al pie de un dictador, pues habiendo hombres cuyo esfuerzo político fuere movido por sentimientos de frustración, en respuesta a iniquidades, la izquierda será activa y constantemente beligerante. No creamos suficiente cambiar el nombre de un partido para ver el hijo prodigo retornar a un país subalterno. En pie de justo observador y emulando con antecedencia este chulo trovador, a lo que diríamos propuestas, llamo-le impresión legítima de las angustias de un corazón.
Mal augurio hace Pousa al acusar el desagüe de las diferencias en tierras de Breoghan. Serán destacadas las discrepancias entre pobres y ricos y a los diferentes aplicarse-ha el código penal. Y por cada diente se arrancará otro diente, y por cada ojo otros ojos se harán ciegos, y de orejas retirarán el martillo por conveniencia y para que no se promueva justa revolución. -  ¡Viva la libertad! – Gritarán los señores unidos en la cumbre de la igualdad.
“Vivamos sin libertad”, murmurarán abatidos los despojados de la solidaridad, creyentes en que a los humildes, en el reino del cielo, un día, en apocalipsis, les será ofrecida la igualdad. Pasado el momento, será una igualdad absolutamente desnecesaria.



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