viernes, 18 de diciembre de 2009

DOLORES DEL RECUERDO


Amargor duma lembrança
¿Por que proponen reducir los sueldos en Galicia?
Galicia no tiene moneda propia. La moneda que corre en Galicia corresponde a la moneda de España, controlada por el banco central de España y a su vez fiscalizado por el Banco Central Europeo, en Fráncfort. Cualquier reducción de sueldos o beneficios sociales en Galicia aumentará el poder de compra del euro en Madrid que comprará más cosas en Galicia y los gallegos quedaremos chupando el dedo porque ofreceremos más por el mismo precio en euros. Se podría argumentar que ganando menos, el gallego empresario emplearía más trabajadores para producir la misma cosa que antes producía con menos trabajadores. Claro que esto no es factible por ningún lado que se quiera abordar, ni por el lado de la economía socialista, comunitaria o comunista y mucho menos por el lado de la economía capitalista. Del punto de vista social y jurídico sería imposible prosperar una reducción abierta y programada de sueldos y precios.
La ciencia económica, después que descubrió las beneficios del embrujo monetarista, desarrolló, fundamentado en técnicas contables y de empírica estadística, un método extraordinariamente eficaz para ofrecer al obrero lo que el obrero deseaba, al mismo tiempo que le quitaba  lo que más quería. La meiga de este fenómeno se llamaba Inflación, eufemismo de puta y gigoló, sinvergüenza a la paisana, disfrazada de doncella decente al servicio de Melibea, corruptora de los mengues ahorros obtenidos por la ilusión  de alcanzar el estado de viejez y poder sufrir la vida con un mínimo de dignidad  económica.
Hoy Galicia tiene una moneda estable y segura. Eventual depreciación del euro en su paridad con otras monedas nunca será consecuencia ni de los salarios ni de los precios practicados en Galicia. Pero Galicia tiene un gobierno propio, autónomo y relativamente independiente  de la Moncloa y de Europa. Este gobierno cuesta mucho y gasta mucho más, provocando endémico déficit entre  gastos e ingresos corrientes. El déficit es padre de la Inflación a quien ahora no se le da fe pública de vida, pero existe y tiene la personalidad propia del mascarado o del pirata de un ojo tapado y anda con pierna de palo. Nos ronda noche y día, y a todo momento roba un poquitín de lo que sería utilizado en necesidades básicas, en el presente y por previdencia del futuro.
La ciencia económica ya no hace milagros. Siendo el cobertor más corto que el cuerpo, cuando el frio amenaza congelar los pies, los tapa, descubriendo la cabeza, y para muchos también el pecho. El cuerpo debilitado por el frio contrae matrimonio con la gripe y, en poco tiempo, sin pedir divorcio por exposición de pechos, se amarra a una tremenda pulmonía para quedarse tieso.
No hay remedio, y si remedio hay es dejarlo como está para ver como queda. Que mejor no será, pero para peor todo lo puede este dolor milonguero, moi inspirado en los recuerdos de un gallego exilado.

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