TASK FORCE
Difícil tarea esa que el presidente de todos los presidentes españoles se propone realizar por intermedio de grupos comunitarios, creados con el objetivo de encontrar ideas capaces de dar trabajo a los paisanos de sus respectivas comunidades.
No se trata de buscar propósitos volátiles para dar aroma a un caldo de piedras. La meta parece clara y ya fue definida. Infelizmente, como en el campo de futbol, la meta no es única. Son dos. Una de un lado y otra del otro, opuestas y complementarias como las asas de una mariposa. Al grupo-tarea se le designa una determinada misión con el objetivo de marcar goles, chutando la pelota hacia el marco de dos barreras fijadas en lados contrarios.
No es compatible la idea de trabajo con la idea de productividad. Trabajo exige un esfuerzo para producir un resultado por el cual hay alguien dispuesto a pagarlo por cualquier de los tres conceptos de valor que le atribuya. Productividad significa que el mismo resultado se produzca con un mínimo o nulo esfuerzo humano. La cultura del denominado mundo desarrollado estimula y da prestigio a la productividad, no solo como medio de redención del pecado original y sí más como medio para que unos pocos privilegiados adquieran poder de mandar, sin saber a lo cierto lo que ese poder representa, puesto que cuando creen sentirse seguros del mando, la naturaleza del tiempo se encarga de arrancarle el cetro para dar inicio a un nuevo ciclo de adversidades.
Del lado opuesto a la meta que crea trabajo está la meta de los presupuestos sólidos, transparentes y estables. Habrá que empujar la pelota hacia ese lado para ver si algunos goles producen buenos resultados.
Aunque el cuerpo-tarea fuere numeroso, habiendo solamente una bola, imposible será dispararla simultáneamente hacia los dos lados. Obtener una goleada a favor del trabajo significará arrancar algunos goles de la meta presupuestaria, con objetivos otros y ya definidos por aprobación parlamentaria. Engordar todas las cajas comunitarias, aunque la idea sea un medio intermediario para alcanzar un fin opuesto, irá producir un efecto desastroso en el bando del trabajo, produciendo más desempleo, morosidad, desahucio, mayores riesgos, quiebras y desánimo generalizado. El efecto público sería el mismo que CONMUEVE los espectadores de una lucha libre cuando el valentón malo derrumba el chico humilde sobre la lona por cobarde nocaut.
No obstante, la idea Task Force es idea muy útil en tiempos de crisis. Bien aplicada por gente con voluntad, instruida con algunas técnicas en desarrollo de ideas y solución de problemas, sin intromisión de fuerzas ocultas, plena libertad para reconocer y aceptar el liderazgo natural que vaya surgiendo al calor de la tormenta, producirá, sin duda alguna, interesantes resultados para beneficio de la sociedad que los necesite.
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