Quien huele mal cheira peor. El tema de mi amigo conde hoy discurre por las esencias del perfume que por oler bien también puede cheirar mejor. Paradoxalmente, muchos de nuestros paisanos muestran convergencia caminando por rutas que se contradicen al admitir que ya van llenos de tanto vacio, y cuando es hora de repartir una taza de vino, lleno por la mitad, a nosotros siempre nos toca la mitad que siempre viene hueca. Me preocupa saber que hay patricios de elevado pensamiento que creen que si el cáliz viniera cheo ata a metade a cada gallego le pertenecería una cuarta parte del cáliz lleno. Puede ser que sí, entrementes tamen pode ser que non. Puede ser que sí, porque desde el punto de vista del gobierno ese cuarto está representado por los aromas que exhalan del virtuoso vino. Puede ser que no, porque la cuarta parte en su producto esencialmente líquido se va directo a la gorxa de lo gobernantes. Y aun le quedamos debiendo la cuarta parte de la taza vacía que, por cualquier principio de tasación a intereses de causas desconocidas, un fiscal local bien sabe que puede exigirnos. E de fato sempre que nos enxergan descoidados o esixen con palo bien afilado y brillante uniforme.
Cuando generalizamos nos hacemos generalísimos. Es una especialidad de nuestra cultura, poco observada en otros pueblos. “É galego todo o que vive e traballa en Galicia mesmo que non nacera nela”. Esta frase, si fuera plasmada por la xunta en su estatuto, daría ancoradouro a una respetable fauna de bichos que por tierra o mar vienen de fuera y se aforan algún tiempo dentro de las murallas virtuales que conforman el espacio geográfico, llamado por unos Galicia y por otros Galiza. Dito isto, a miña inolvidavel xeógrafa galega, María de Mosteles, mais eu, mais o Ares, mais o Pais Ferrin, mais miriades aos centos de cidadáns com espora galega e recoñecidamente galegos fora de Galicia (com c o com z) non mais somos galegos, por veredicto dos nosos irmans e primos, todos consangüíneos na na palabra de Deus.
“As lingoas fanse somando palabras e as palabras son estremecidos alentos que xorden do fondal da alma” Eiquí discrepo do suxeito da primeira oración e estremezo de júbilo no acerto do predicado atribuído a o sujeito da oración coordenada. Somando palabras, e dandolles orden de seguir um normativo critério, achegamos ao dicionário, esse diccionario manco del idioma gallego que hasta el presente momento fue incapaz de colimar todos los alientos surgidos del pecho galorego, galizo ou galego, ciertamente español de España y del mundo.