Lo que destaca en el presupuesto del Presidente es esencial. Una nueva base para el desarrollo duradero, considerando que es un terrible equívoco quemar hoy lo que será necesario para sustento de los hijos y nietos del mañana. Igualmente, seria absurdo retirar inversión en áreas que han probado tener suceso, son auto-sostenibles y garantizan renta para el futuro. Propone esfuerzo colectivo en investigaciones científicas destinadas a darnos independencia en el logro de fuentes de energías limpias, teniendo como meta el empleo en industrias del futuro.
El ministerio de educación será incrementado en 6 % con destino a la excelencia en ciencias y matemáticas a sabiendas de que contra la pobreza la mejor salida es la educación de utilidad universal. No es otra la razón que anima retirar subsidios a los bancos que ganan emprestando a pobres, y dárselos a comunidades de estudiantes para que la universidad se haga más asequible a todos los aprendices.
Esas son inversiones que debemos hacer para crear empleo y oportunidades para hoy y para el futuro. No es suficiente, con excepción de los gastos con la seguridad social, también fue propuesto congelamiento de todos los gastos durante tres años. Esto no significa que se hará una fotocopia del presupuesto del último año. Congelamiento del gasto general significa que se harán cortes donde los gastos no tienen sentido para aplicarlos donde realmente son necesarios.
Cuenta por cuenta, sección por sección, departamento por departamento, hasta llegar al gasto de cada persona, todo fue desmenuzado buscado ineficiencia, duplicación y programas que han resistido a su inutilidad.
Un cambio de paradigma por la que se rige el gasto usual exige un cambio en los paradigmas de la política. Fue propuesto comisión bipartita (republicanos y demócratas) para fiscalizar los resultados y promover el suceso. No más es permitido gastar como si el déficit no tuviera consecuencias, como si la tasa arrancada a lo bruto del pueblo no haga falta a nadie, como si fuera posible ignorar los desafíos que acechan nuestros hijos y nietos. ¡No, no podemos!
Es tiempo de ser honesto y no decir una cosa delate de las cámaras y hacer otra fuera de ellas.
Es tiempo para economizar lo que podemos y gastar lo que es necesario y volver a vivir de acuerdo con nuestras posibilidades.
Esto podría contarlo el presidente en ejercicio de la UE y yo lo creería. Lo ha contado, por transcripción libre de lo que yo entiendo o quise entender por mi particular modo de explicar las cosas, el presidente de los EU, y yo se le creo. Podría haberlo dicho el presidente de la Xunta, y nunca me convencería. ¿Carisma? Quizás.
Thanks very much.
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