sábado, 27 de febrero de 2010

TUPIR O NO TUPIR

Que nos parece mejor, ¿un gallego comparado peyorativamente con Zapatero, o un gallego llamado descaradamente estúpido por Carlos Luis Rodriguez? ¿A esto llaman política gallega?
Claro que atrás de toda y cualquier voluntad se esconde el arma de la trama política. Trama envuelta por una doctrina cortés y urbana algunas veces, otras,  por disciplina fría y reservada, desprovista de cualquier afecto en su tatica de avestruz.
Hay políticas de buena cuna y mala madre, otras las hay de buena madre y mala cuna, pero tan fuertes y poderosas fueron que consiguieron crear naciones capaces de iluminarnos durante milenios (Moises, Rómulo y Rémulo)
¿Sería esta la razón por la cual Feijóo invoca la naturaleza divina de Galicia para decir a sus gallegos que el profeta Nuñez fue incumbido de separar el mar atlántico y conducir nuestra caja al paraíso prometido por nuestro dios Fraga?
En todos los lugares manda la política de quien puede. Pero quien poco poder tiene también lleva ilusión de un día alcanzar el máximo poder. Y si lo llaman estúpido, como a Moises llamó el faraón, tal dicho se hace invisible en la mano que interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado.
No hay que rasgarse las vestiduras   delante de un farisaísmo diletante que elude los preceptos de ley mayor. Con lentes apropiadas veremos que atrás de una palabra, con sustancia ampliada por adjetivación, siempre se esconde alguna intención, buena o mala según lo permita el cristalino, vigilado por colores de la iris y el humor vítreo del globo humano.
Tupir yo no tupo pero si tú tupieras nosotros tupiremos como todos tupirán, pues no es tupido quien quiere, pero todos lo serán cuando llegue la ocasión.

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