lunes, 31 de enero de 2011

XANSINJOTISMO


Este cuento me lo contó un amigo que lo oyó contar de otro amigo que lo leyó de un cuento publicado en The Free Dictionary, mi fiel compañero de todas las mañanas en esta mi vida contemplativa, a quien yo emulo con el tempero de mi personal  traducción y particular salero.

En tiempos antiguos habitaba un poderoso señor en el reino más occidental de la galaxia moderna. Tenía dos hijos que eran el gran motivo de su felicidad. Como todo y cualquier buen papá, Xansinjota se preocupaba con la instrucción de los dos muchachos. Creía no ser suficiente la esmerada educación en las artes que proporcionan poder. Sentía necesario proveerlos de todos los tipos de virtudes que normalmente son indispensables al juicio de un buen galasio.

Xansinjota buscó por todas las aldeas de su Galaxia los mejores tutores del reino, a quienes confió la formación intelectual de sus dos hijos, bajo la condición de lo aprendido por cada uno de los dos pudiese ser reconocido inmediatamente como obra de la inteligencia de cada uno de ellos.

Los maestros, muy contentos del progreso hecho por los dos rapazes en todas las ciencias y artes a ellos enseñados, van hasta Xansinjota y le cuentan la auspiciosa noticia. Xansinjota, no obstante, duda de la correcta formación y resuelve convocar un hijo por vez para declararle que irá retirarse a la vida contemplativa, dejándolo como heredero. Cada uno de ambolosdos declina pulidamente la oferta y reafirma la superior cualidad del padre en el arte de gobernar. Xansinjota se siente alabado, pero piensa que la educación de los jóvenes fue extremamente privilegiada y muy protegida. Así que resuelve fingir rabia delante de la recusa al trono y expulsa a los dos de su Jalasia.

Luego que llegan al destierro, los dos identifican pistas de un camello que jamás habían visto y tejen consideraciones para identificarlo con precisión. Concluyen que el camello era manco, ciego de un ojo, le faltaba un diente, transportaba una mujer grávida, llevaba miel en un costado y manteca del otro.

Más tarde se encuentran con el comerciante que había perdido un camello y le relatan sus observaciones. Éste los acusa de haber robado su camello y los conduce presos a presencia del Gobernador a quien exige punición de los tres por el robo del dromedario desjorabado.

El gobernador en su pilatorio pregunta como podían dar una descripción tan exacta del camello si, según ellos afirmaban, nunca lo habían visto. Los dos cachorros mostraran la evidencia de su conocimiento por el uso de pequeñas pistas, de las cuales inferían inteligentemente la naturaleza del camello.

La hierba había sido comida por el lado del camino en que ella estaba menos verde, luego los dos dedujeron que el camello era ciego del otro lado. Por la vía del camino encontraron pedazos masticados de hierba del tamaño de un diente de camello y concluyeron que eran pedazos caídos de la boca y formados en el espacio de un diente perdido. Las huellas de los pasos mostraban impresiones de tres pies, el cuarto era un trazo de pata arrastrada, lo que indicaba que el camello era cojo. Que el camello transportaba miel en un lado y manteca en el otro se había hecho evidente porque las hormigas habían sido atraídas por la manteca derretida sobre un lado del camino y se dirigían para la miel caída sobre el otro lado. Cuanto a la mujer grávida, uno de los dos dijo: “Yo imaginé que el camello llevaba una mujer porque note en la trilla señales de que el animal se había arrodillado, y la marca de un pie estaba próximo. Mojé mis dedos en la poza formada por el pie y, como reacción a su olor, sentí una especie de carnal concupiscencia que me convención que la impresión era del un pie de una mujer”.

“Yo imaginé que la mujer estaba grávida” cuenta el otro muchacho, “porque yo había notado marcas que indicaban que la mujer, grávida, se había apoyado con las manos en tanto orinaba”.

En ese momento, un viajante entra en cena para decir que había encontrado un camello manco vagando en el desierto. El gobernador salva la vida de los tres hermanos, ordena que sean sus consejeros y los premia con ricos tesoros.

Xansinjotimo es la facultad de hacer fortuna sin buscarla. Para el sentido de la palabra, con fuerte cuño galáctico, adopto el mismo sentido de la palabra serendipity, registrada por el inglés Horace Walpole, para indicar la suerte de hacer descubrimientos en función de un accidente con cierta pitada de sagacidad.

EL ABORTO

Mi muy señor mío, perdóneme por haber llegado tarde al mitin. Usted se funde hablando sin mi bendición. Debía haberme consultado antes y yo le informaría que una moneda tiene tres caras, dos planas y una que rueda. La que rueda no cuenta, aunque lo consensue todos sus agentes.

Leyendo una de las caras planas, veo que me hace la siguiente pregunta: si hoy las cajas no son solventes ¿porque habrían de serlo ayer? Muchas razones palpitan en la boca de los gallegos. Ha habido mucha improvisación en todo el lero-lero de la fusión. Para una fusión que daría origen a un banco gallego con nombre de caja sería necesario mejor ordenamiento de los planos y una cultura menos propensa al embroio corporativo. Es eso lo que ahora pasa: frente a la improvisación, el rigor del Banco de España como entidad normativa: frente a la frivolidad insulsa de un mal ajuste, la futilidad tras de una unión inconsecuente se hace necesaria.

Cada una por sí y las dos por separado, ambas cajas tenían crédito del pueblo gallego. Unidas no son mejores. Son otra cosa. Y cada cosa en su debido lugar. Un solvente mezclado con la gasolina produce una tercera substancia, homogénea, pero en muchas circunstancias la nueva cosa puede ser fatalmente prejudicial al buen funcionamiento de un motor regulado para determinada octanaje.

A todo momento yo veo que usted no confía en mi taco. Manda preguntar a Madrid si quiere salvar su caja. ¿Que piensa usted que ellos van responder si la caja no es del gobierno de Madrid?. La caja es gallega y está regulada por una ley suya, que es gallega y dice que los gallegos son los dueños de la caja. Y la caja podrá actuar a la moda gallega y por aquí la gaita suena como peta el buen gaitero. Eso sí, siempre con transparencia de resultados y buena aplicación de los beneficios.

No hable usted del FROB a los gallegos, pues todos ya sabemos que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria ha nacido para hacer deudas hasta 90 mil millones partiendo de una dotación inicial de  9 mil millones de euros. Si insiste en tomar dinero del FROB, nosotros, sus vecinos gallegos, vamos pensar que la nueva caja cojea por falta de dinero.

Sabemos que usted ha jurado cumplir todas las leyes. Lo hizo por un consejo mío. Pero valla a modiño para que lo jurado no se transforme en perjurio, pues en el futuro, si quiere dinero nuevo, tendrá que vender la caja solvente de azul y hacerla privada, pintada de oro y con nombre de banco, puesto que el nombre de caja está reservado para finalidades sociales.

Mi consejo: no levante más las manos para hacerse el asaltado. Lea los documentos, los suyos y el de los otros, y verá como por las letras que en ellos pusieron no hay conciliación posible. 

Otra cosa será si usted sube al palco y ordena nueva ley abortando la anterior.

sábado, 29 de enero de 2011

ENCUESTAS



Todos los españoles somos iguales ante la ley. ¿Políticos, personal del gobierno, jueces y todos que reciben sueldos retirado de los tributos también están sometidos a los mismos criterios de jubilación?

Si el Gobierno de un país no honra sus obligaciones, ¿alguien en sana conciencia cree que un grupo mercantilista, que nadie conoce ni sabe donde viven, honrará sus deberes cuando le sea conveniente deshonrarlo? Por mi propia experiencia yo digo: no creo.



¿Y por que No?

Porque en el mundo moderno la institución trabajo está condenada a desaparecer. Porque es malicioso afirmar que ese acuerdo crea puestos de trabajo. Porque la única institución en el mundo capaz de ofertar empleo a los mayores de 40 años es la política y ella ya transborda de badulaques. Porque si el Gobierno y los “agentes sociales” tuvieran un mínimo de coherencia con el supuesto interés de ofertar empleo, bajarían la edad de jubilación para dar oportunidad   a quien necesita hoy tener registro de trabajador y quiera merecer mañana (después de 37 años de aporte a la “seguridad” de una significativa proporción de su trabajo, traducido en dinero) su merecida pero ya improbable jubilación.

Me gustaría leer las razones de los que dicen SÍ

viernes, 28 de enero de 2011

FRIO CONGELANTE

Lo que se concluye del desafuero de una decente jubilación es que por la gran vía del trabajo, condicionado a la voluntad de un patrón, jamás un obrero alcanzará el derecho de tener de vuelta todo lo que ha ahorrado y ha puesto a los cuidados del instituto social de la seguridad.

Nunca un gobierno de derechas se atrevería a hacer lo que en este momento hace un gobierno socialista. Lo haría peor, sin duda, pero por caminos más sutiles y carrancudamente menos gravosos, por lo menos en apariencia, a la felicidad de aquellos que se aproximan al portal de la muerte.

Lo que podemos concluir de tan nefasto comportamiento socialista y de la maleza del cuerpo sindical, es que son hombres (los que son) con cara de palo, para decirnos, sin ningún rodeo: si tú quieres llegar a viejo hurta ahora todo lo que puedas y construye tu propio jardín de los olivares.

Pero ¡ay, ay, ay!, meus amigos, muchos, tocados por el alarme que viene de las campanas, interpretarán la necesidad de ahorrar y, como perentoria necesidad, guardarán lo ahorrado en algún baúl de la felicidad, esto es, otro tipo de seguridad por la que pensaremos tener nuestros ahorros muy bien guardados… en la boca del lobo u otro bicho peor - que os parece la boca de un tiburón?

El pacto de las pensiones es eso, un pato, para ser comido a la marinera, bien temperado y bien asado. Pero un pacto mal dispuesto sobre la mesa hará que el pato sin corral de engorda (empresa contratante) viva mirrado, muy frágil y estéril. Una verdadera trampa para el gusto y la salud de los impactantes, quien a la postre sentirán el choque físico de una amarga digestión.

Austeridad es la mortificación de los sentidos y transita, en su condición de verbo, por la afición a la aflicción, con dolor y sufrimiento. Algo estimado por los ascetas, pero agobiadamente estigmatizado por los donados del poder. Luego no carece pensar que ese gran pato, que ahora se cuece a la brasa, servirá de tablado entre la juventud y la viejez; un tablado disimulador de infracción maliciosa de las reglas del juego, ardid de los hunos contra los otros para cubrir con seda de legalidad un aberrante acto ilícito contra la seguridad.

Por la urdidura de las penas del pato se teje la desconexión social entre los que todo lo pueden y aquellos que nada consiguen. El efecto será absoluta independencia de los engranajes que componen el sistema de una buena malla social. Cabrá a cada uno girar a su modo, tejerla a su conveniencia. Lo harán por la necesidad de cubrir su cuerpo en el circo de las ilusiones y evitar desespero en el picadero cuando les falte el calor de las palmas, y el hechizo de un público alegre se haga extremamente austero, frio y congelante.

jueves, 27 de enero de 2011

AGRIDULCE


En un pasado no muy lejano a alguien se le ocurrió que podría aprovecharse de las economías de sus paisanos y, concentrado en la determinación de su voluntad,  se puso a arquitectar medios ingeniosos de conseguirlo.

Cuando surgieron las cajas ya vivían los bancos, nacidos del parto del oro ingresado desde América. Por definición, los bancos son asociaciones dedicadas al comercio del dinero. Venden y compran moneda en un ambiente en que el mismo dinero es objeto de su propia causa y también su correspondiente consecuencia. Tú tienes dinero, yo te lo compro y tú te quedas sin él. Tú me lo pides emprestado, yo te lo empresto y ambos quedamos con un enorme dolor de cabeza. Y así sucesivamente, hasta que en el hórreo deje de existir grano suficiente para alimentar toda esa legión de camundongos engordados a su sombra.

Desde el punto de vista de la teoría empresarial, los bancos son empresas que ingieren recursos a través de un sistema de captación y proceden, después de una conveniente digestión, a su reciclaje orgánico. Es un proceso que requiere naturalmente algunas herramientas de trabajo y algunas normas de utilización. 

Contra lo que podríamos pensar, no fueron los celtas hombres amantes de la bancarización. Su negocio era guerrear contra los romanos al estilo más puro y transparente de la moral humana, exactamente vistiendo el ropaje del instante que venimos a este mundo. En tiempos antiguos, los fieles confiaban a los sacerdotes de Babilonia la guarda de algunas monedas que conseguían ahorrar. Fueron los fenicios, en su concepción de comercio internacional, los primeros a realizar operaciones bancarias. Los romanos, pillos como ellos mismos, aprovechando el fructuoso comercio de esclavos, desde el banquillo en que descansaban cómodamente, aprovechando la experiencia del tráfico,  ponían  a disposición de otros negociantes del género humano moneda suficiente para que se prosiguiese en el negocio de transacciones monetarias. Cuando el negocio no daba el resultado esperado, por defecto de quien quiera que fuere, un tumulto agitado prosperaba el resultado  del colapso del banquillo, con muchas cabezas rotas en su irremediable quiebra. De ahí viene la expresión bancarrota.

Las cajas son originarias del socorro que los montes pios y de piedad ofrecían a viudas o huérfanos, por empeño de joyas y otros bienes materiales, con el objetivo de que estos atendieran sus necesidades más urgentes de viudez o huerfanidad. Los intereses sobre el dinero eran módicos. El interés mayor radicaba en la esperanza de que el bien empeñado jamás pudiese ser rescatado. En las cajas, el principal estímulo era provocar un sentimiento de necesidad de ahorro, principalmente entre los niños, para que las clases menos pudientes tuvieran condiciones de enfrentar en el futuro circunstancias adversas.

Es ilusorio pensar que el futuro de una persona pueda ser resguardado con el queso que pone a los cuidados del ratón. O que la cabra requiera derechos del lobo que la vigila.

¿Y entonces? Que más da el uso de cualquier vocablo para designar una intención que se quiere ocultar. Luego, como quedó demostrado, a las cajas podrán llamarlas como quieran. Por el nombre que reciban poco cambiarán, pues los sabios ya nos han contado que lo acedo será siempre acedo aunque lo llamen dulce.

REGAZZO

Na primeira volta da rotonda eu cheguei ao viradoiro e, axiña, depois de unha xirada de cara para onde miraba o rego, deparei no bo sentido que mostraba a letra cu, e puxeme a patear pólas corredoiras da vida, cara o cume e alí praticar un meresido stop pra, das alturas, espreitar o demo a orvallar côa su leria nas leiras do condado.

Na vigorna dos meus ouvidos jamais asperxen parolas feias. Filtranas as miñas orellas co o seu grade portal a acobillar calquer son que a naturesa teña criado, sempre e cando, allo mais, allo menos, as criara côa santa intensión de fazer desta terra o que deus fixo no céu, e non o rebordelo que o demo xá vai canso de faser nas carballeiras de este fragoso inferno. E non pense vostede ke o ke eu digo digo-o supurando esencia de espúreo diferencialismo, transfigurado en pura dialética, argallada en aras de regañar os dentes a um enxebre dialetismo parroquial, donde o uso ferroso do anagramatismo coloquial tonifica o ar ao redor do conservador das colleitas dos diaforético e resolutivos sabugos de millo.

O rato roeu o rei de Roma cando a cabra foi ao monte. Penso que foi o que eu entendi o ke acabra de dise-lo o conde, loando o Señor. O ke eu xá non che entendo é o ke ten a ver allos com bugallos nen os cornos con a cu. Do xeito que eu pateo meus solilóquios a solo, na soleda do solo abrasador, moi lonxe do salferido alento da costamorta, onde un ferreteiro, por min antes apreciado e respeitado, fogueteou ata a desesperasión o amor à parroquia de seu inxenuo cuñado, nin a pata consegue pactar.

Se chove ande a modo, use o regochuva ou gardese no agasallo do lar. Tirar ao monte pode sair caro. É o lugar preferido para o fogueteo das chispa e tamen o trono dos raios. Cando espetan na cabesa, ulalá!, dói ke dói, e inda ke ben regado con auga da fina choiva, non tem regazzo que non escorregue no riego ke brota nas fontiñas da morriña. .  

miércoles, 26 de enero de 2011

ENCUADRAMIENTO DE CUENTAS

Vamos ver, mis queridos y mis queridas. Uno, por la ciencia de la competencia, se ha acostumbrado a medir la calidad de todo lo que nos rodea por algunas amuestras escogidas aleatoriamente en el pozo de desventuras. En el pozo de la política, ética, y religión todas ellas se muestran muy acedas, en el campo de la justicia, bastante acedas y en el campo de la esperanza todas ellas muestran el rancio de un profundo sabor amargo.

De cualquier modo, las cuentas no cuadran. El FMI ha pronosticado crecimiento de 0,6 % para España en 2011 y casi tres veces más para 2012. No es el crecimiento de un país emergente, pero si ese crecimiento no ha sido pronosticado con datos mentirosos, es necesario reconocer que es un crecimiento.  ¿Y como podemos hablar de crisis económica si estamos en fértil periodo de crecimiento? ¿Cuanto debemos crecer para perder ese nefasto sentimiento de crisis? Repito: ¡no me salen las cuentas!

Veamos las cosas por otro enfoque.

La población gallega decrece a la vista de ojos de los que quieren y pueden ver. Si la economía crece y la población decrece, la consecuencia de dividir más por menos, en contra de lo que la matemática afirma, el resultado será siempre algo más para cada alguno menos. ¿Y como administramos el reparto? Vivimos la cultura de un gaias en que todos queremos más: el que tiene un peso quiere tener dos, el que tiene cinco quiere tener diez, el que tiene veinte busca los cuarenta y… el que nada tiene todo lo pierde.

Otra amuestra de lo incomprensible:

Con todos los colores del arcoíris, la institución Trabajo pierde continuamente interés en la manutención de la fuerza obrera. La tecnología producida por el obrero los sustituye, con profunda ventaja para los que tienen en su patrimonio todos los derechos sobre copyright. Cuando algún flanco surge en sus defensas, sus leyes vienen a público a favor de lo que ellos eufemísticamente denominarán Ley para su economía sostenible. Y de esta forma, el obrero, además de perder trabajo, también perderá ocasión para bajar, en un clik de su ordenador, motivo que lo entretenga en su inmensa agonía. Si esto no fuera suficiente, ahora llegan con el cuento de la expansión de la edad laboral. Si tal expansión fuese propuesta con un mínimo brío de honestidad, desde la distancia que anubla la realidad yo podría pensar que en España faltan personas para realizar todas las labores que una sociedad avanzada necesita.

Ni aquí me salen las cuentas, pues si no es mentira lo que dicen, cinco millones de personas sin empleo son mucho más que una enorme amuestra y muestran toda la inconsistencia de unas cuentas que no cuadran.

martes, 25 de enero de 2011

REENCUENTRO EN NEPTUNO

Ni desesperado ni perdido. Yo sabia a donde iba, pero imaginaba algunas alternativas que podría ser aterradoras, pues, a semejanza de lo que ocurre ahora, ninguna orientación me fue ofrecida desde el gobierno, salvo un certificado de trabajo junto a la notaria de Corcubión, (indispensable para permisión de ingreso en el país de destino), un certificado de buenos antecedentes de la Guardia Civil y un certificado de fe religiosa emitido por el cura del pueblo.

Todos eran documentos españoles, de Galicia, pero españoles.

Cincuenta años después, sin trabajo y en edad avanzada para obtener la merecida jubilación, desde la Coruña, la Seguridad Social española niega validad para efectos de jubilación en el país de emigración. Una verdadera vergüenza para evitar contribuir con un valor insignificante de España a mi jubilación de América. Pero lo más vergonzoso es saber que la España rica no honra la fe puesta con timbres oficiales en los documentos que la España pobre ofreció a otros países para que nos dejaran entrar como emigrantes.

En el fondo de mi alma, a la edad de 71 años, me desespera pensar que la Seguridad Social de aquí piense que los documentos de ahí eran falsos y resuelva condenarme suspendiendo mi merecida pensión de jubilado. Por si las moscas, me candidato a cobaya espacial  para conseguir trabajo de la Nasa en el próximo viaje a Neptuno.

Tengo experiencia y muchos títulos universitarios, todos auténticos, os lo aseguro. Si algún joven desea heredarlos, mándeme su nombre y dirección y yo lo pondré en mi testamento.



lunes, 24 de enero de 2011

TINTARELLA DI LUNA

Bueno, si lo dice Rajoy, ¿quien soy yo para desmentirlo?

Debido a las fuertes tormentas que azotan la cumbre de mi vivienda, hoy he tenido que subir al techo de mi casa, que supera los 800 metros por riba del nivel del mar; subí para emparchar algunos agujeros hechos por bolas de granizo en teja con fibra de amianto. En mi mundo virtual el frio está que pela; en el mundo real, el calor estaba de abrasar. Creo que ya voy encerrando una etapa de mi vida, pues la sed que me atacó, cuando los rayos de sol se clavaban en mis espaldas, era insoportable. ¡No, no!, No era sed de urnas. Era sed de agua, water, H2O; sed típica del cuerpo que transpira demasiado, no vallan ustedes pensar otra cosa.

El cambio es inminente aunque yo no lo quiera. Ocurre siempre de seguido a una etapa que se encierra para formar otra que se inicia. Exige mucho esfuerzo, sin duda; esfuerzo concentrado de todos aquellos que tienen en sus manos los remos de la galera y, en su capitán, la visión de un nuevo rumbo para alcanzar un nuevo puerto.

A esta altura del juego, mi partido es aquel que me da alegría viendo la belleza de sus jugadas, aquel que dispara hacia la meta teniendo en la mirada el objetivo de alcanzarla con dedicación, honradez y buen preparo.


Ni siempre un equipo que gana es el que más placer produce a sus asociados de cartera o de ilusión. Ni tampoco aquel que más propaganda hace es el que tiene mejor producto. En la nueva etapa que se aproxima ya no ilusiona las palabras maquiladas, los anuncios mentirosos, las promesas que no se cumplen, el puerto que nunca llega. Recurrir a las cosas que ya han pasado es como querer llamar Colón para que retome el timón de la galera y, acto seguido, abandone sus remeros en la parte occidental de la isla La Española, hoy Puerto Príncipe.


Por ahí vemos que recurrir intempestivamente a imágenes del pasado puede no ser una buena idea.  Si entonces pudimos y habiendo pasado el tiempo nos hicimos viejos, que otra cosa que no la estulticia puede animarnos a decir Yes, I can. Bien que nos gustaría mantener el poder la vida entera, pero llega un momento para ceder, voluntaria o por la fuerza, el entusiasmo de la gloria eterna. Y más si esa gloria fue temporal al amparo de una jugada de dados en que las caras opuestas tienen idéntico número.

Can que ladra non morde e se morde vai ver que está com raiva.

Comprometerse a hacer lo que nunca han hecho cuando poder tenían, principalmente tratándose de austeridad, transparencia y cuentas sanas, es un compromiso que suena en el vació para que en la piedra no se grave. 

Casa de ferreiro, coitelo de pau.

No es ese coitelo mal afilado el sable que raja por todos los lados de la fragua gallega? Ni con cincuenta mil desempleados, con caudal de doctores licenciados, y otras tres veces más de personas bien preparadas, no conseguimos gestionar ideas para mantener el bien estar que antes teníamos y ahora, frente al abismo, piden para que demos un paso al frente: si nos salvamos en al caída, todo continuará igual; si nos estrellamos en el abismo no habrá nada que hacer.  
Como un claro de luna
Paliducho me he quedado
Cada vez que hay luna llena
Me vuelvo cándido.

domingo, 23 de enero de 2011

UN POZO DE ESPERANZA

Viajando por el túnel del tiempo, pude observar como un grupo de fariseos y escribas murmuraban entre si y, entre sus dientes, verbalizaban consideraciones sobre un joven predicador de la galilea galega. - Este homen acolle os emigrantes e reparte o pan con eles.

El hombre que, sin muchos rodeos, identificamos por sus características especiales, aprovechó el susurro de los escribas y fariseos para exponer una de sus muchas parábolas:

Galicia tiene dos hijos – contaba-, son gemelos nacidos en épocas diferentes. Era muy difícil alimentar a los dos con lo poco que se tenía. Saltaba a los ojos  la hambruna vivida en aquella familia en que la leche de la madre había sido el único alimento durante la infancia de los dos muchachos, y la sagrada familia subsistía comiendo caldo de berzas con tocino de cerdo, todo producido por la labor del trabajo en su hacienda. Un día, uno de los dos hijos, y aquí no importa saber si era el primogénito o el genio del segundón, resolvió pedir a su padre: Papá, emprestame dinero para  que yo pueda emigrar a otro mundo, prometo devolverlo así que pueda.

Pocos días después, uno de los dos hijos puso en una pequeña maleta la ropa vieja que su madre había lavado y planchado y, en otro maletín, todos los libros que en ella podrían caber. Salió del pueblo después de besar las lágrimas de su madre y, sin mirar hacia atrás, vio como su hermana, una niña, lo seguía sin entender lo que se pasaba.

Liberto del mundo familiar y con menos dinero de lo que valía algunas entradas del cine de la villa gallega, luego presintió que podría pasar hambre en aquel nuevo mundo. Cuando todo parecía perdido, la suerte le ofreció trabajo, mucho trabajo, a cambio de algún dinero, lo suficiente para vivir con sobriedad y devolver lo sacado de Galicia para pagar el viaje.

Sabemos que en aquellos tiempos del señor no existía democracia en la galilea galega. Desde Madrid, avisaban que si el hijo, emigrado sin haber ofrecido las primicias de su trabajo a las tropas reales, retornase, sería obligado a vestir farda de soldado para defender en Africa los intereses del señor.

Cuantas veces acordó con hambre del cariño de  sus padres, amigos y vecinos y, imaginándolos a la distancia, se conformaba rezando: Señor, en  mi inocencia pequé enfrente la soberbia de tu poder. Yo no merezco ser llamado hijo de España, ni por Galicia debo ser amado.

El hijo pródigo (pródigo en la acepción de pureza de vida) regresó a muy avanzada edad, cuando sus padres ya no vivían en el condado de su nación. Galicia, viéndolo pobre y samaritano, le dijo: Has llegado tarde, el novillo que tu padre ha cebado y cuidado no te pertenece. No eres bienvenido a la fiesta.  Los padres, que conocían las dificultades de vivir en el mundo celestial, vinieron en su ayuda: - Hijos míos yo viví en vosotros y vosotros siempre estaréis conmigo y todo lo mío es vuestro.  Juntaros por mi memoria en la Tierra y sabed que en el cielo os espero para celebrar todas las penas y todas las glorias que heredamos de este nuestro Paraiso.

MIS TRES SOLUCIONES

MIS TRES SOLUCIONES

(I)

Lo que hoy escribe mi estimado patricio Pousa toca la tecla de mi recordatorio, registrado en el pantano de toda una vida profesional: la mía, que por ser mía, es particular, profunda y exclusiva.

En el principio, el paraíso de mi destino final tenía 2,5 millones de habitantes, y el país en el cual esta urbe se insería, 61 millones. La primera empresa que me dio trabajo pertenecía a un gallego que inventaba como hacer lo que la necesidad a diario ponía sobre sus manos. A mí, con un poco de conocimiento de aritmética y geometría, aprendida con el profesor Racedo y la profesora Carmiña Muruais,  no fue nada difícil encuadrarme en las labores de una oficina mecánica, que tenia por objetivo producir matrices para la incipiente industria automovilística.

El sentido por la planificación del futuro despertara en mí cuando me vi reprobado, sin cualquier causa que yo me viese obligado a admitir, por un profesor petulante y sin cualquier vocación postulada en beneficio del magisterio, Vicente, perito industrial contratado por la pestilente fábrica de carburos metálicos del ayuntamiento de Cee.

Años más tarde, después de un exhaustivo examen, yo fui contratado por una compañía sueca que tenia una gran fundición de hierro y su objetivo era base para alimentar su mecánica de alto porte (mil obreros en aquella época -1961). Recuerdo haber escrito a mis padres el valor real de mi sueldo mensual, traducido por tiempo de trabajo necesario para comer, pagar pensión, pagar escuela, divertirme y ahorrar lo suficiente para amortizar la inversión hecha por mi padre en el costeo del viaje a este otro mundo.

Mi visión del porvenir alcanzaba un futuro feliz. En mi pensamiento, yo deseaba compartirlo con mis padres, hermanos y una chica que conocía desde mis trece años. En el gobierno había un político que alimentaba esta esperanza; se llamaba Janio Quadros, alineado filosóficamente con el pensamiento de Fidel Castro y la ilusión de un socialismo generalizado para el bien de todas las comunidades.

Paradoxalmente, en la misma medida que se modernizaba y aumentaba la producción, la política se desarrollaba en clima de continuos sobresaltos y mucha aprehensión por lo que iría ocurrir al día siguiente. Mi sueldo aumentaba empujado  por un cambio que solo tenía la primera marcha, al mismo tiempo que la carestía de vida campeaba en la bolera de un samba tocada en la recién creada urbe Brasilia.  El resultado fue insatisfacción social, huelgas obreras, manifestación estudiantil, renuncia del presidente, tropas en las calles y una poderosa dictadura militar que administraría por decreto el destino de todos los obreros durante veinte años.

(II)

Todo obrero era obligado a contribuir, con un porcentual de su sueldo, a la seguridad social. 35 años de contribución serían suficientes para que el obrero se retirase con una pensión proporcional a su contribución.  Esa contribución y pensión de jubilación eran corregidas en valor del salario mínimo. Cuando el salario mínimo se mostró insuficiente para atender las necesidades básicas del sistema, el sistema amplió el valor de contribución a 20 salarios mínimos. Yo contribuía en esa base. Cuando se aproximó el tiempo de honrar la palabra puesta en el beneficio futuro a cambio del impuesto presente, el gobierno redujo el limite de pensión a 10 salarios mínimos, que por las cuentas hechas desde la Seguridad Social se traducían en ocho, o menos, y con tendencia a la baja por influencia de la inflación. A mí, como a millones de obreros especialistas de cualquier especie, me tocó bailar la música de acuerdo con la flauta tocada por la boca del gobierno.

Me acuerdo haber oído el discurso de un economista, ministro de Estado, proferido en Colegio Profesional al que yo era asociado: “Antes de repartir el bollo,  es necesario que  crezca lo suficiente.” Y el bollo fue creciendo, creciendo y creciendo. Y la población, con esperanza de tener un pedazo del bollo en su boca, fue aumentando, aumentando y aumentado. No había lo que temer: éramos campeones del mundo en carnaval y futbol, una vez, dos veces…pentacampeones de la Tierra; dueños vitalicios de la copa Jules Rimet, masivos exportadores del genio futbolista.

El mundo da muchas vueltas. Los militares, como cualquier otro ser que compone el ambiente social, también se cansan. Tal vez un poco más que los demás, pues están obligados a cargar en el cinturón de su corpiño el peso de una pistola, en su espalda, la responsabilidad de un fusil ametrallador, y en su conciencia…Dios sabrá.

Por la experiencia de estos cincuenta años pasados, la sociedad fue cabalgando desde la dehesa del sector agrario - o marejada del sector pesquero - hasta la sociedad de servicios tercerizados, pasando por la sociedad eminentemente industrial - ahora en acelerada caída, si la consideramos factor del bienestar de una sociedad obrera. Gracias a los del sector secundario y terciario, el sector primario ha ido perdiendo puestos de trabajo, hasta el punto en que menos de 5% de la población activa son suficientes para dar cuenta de todo el trabajo necesario para ofertar todos los insumos indispensables al buen funcionamiento del sector secundario y, aún, ofertar condiciones para el bienestar del opulento sector terciario en la era de la globalización.

(III)

Hoy ya podemos tener como obvio el hecho de que el sector terciario fue engordado como consecuencia del bodoque de la bolla financiera. Fue una hinchazón al que todavía los gobernantes del G21 buscan emparchar sus mil y algunos agujeros, sin darse cuenta de que las bollas fluctúan en un mar de pinchos morunos: todos quieren comerlas, con pimientos o sin ellos. Una bolla pinchada aumenta su velocidad, dándole cierto aire de vitalidad, de fuerza, al mismo tiempo que se encoje en una minúscula gota. Es la misma gota que por su insignificancia ha representado la influencia  del sector terciario durante todo el pasado de la humanidad, con excepción de los últimos 50 años.

De toda la población de nuestro país, un tercio, entre cero y veinte años, está ocupada en labores de alguna cosa, que ya nadie sabe para que servirá en un futuro que se muestra tan tenebroso. Otro tercio, entre 65 y ochenta años, en media, vive de lo que necesariamente ha producido durante el tiempo pasado. El tercio del medio es el que está en activo, mostrando lo que ha aprendido para ahorrar lo que necesitará en la tercera fase. Aquí yace el equis de la cuestión. Veinte por ciento de esa gran masa productiva  vive involuntariamente ociosa, a cargo de los ahorros de la injuriada masa jubilada. Si 20 % de personas en flor no producen semientes para el futuro, porque son impedidos de realizar un trabajo productivo, esa otra gran mas de niños prodigio, doctores en tecnologías de las mas avanzadas ciencias, ¿que puesto irán ocupar y a quien ellos irán substituir, luego después de cumplir todos los requisitos, incluidos 21 años de experiencia preparatoria?

La realidad es que la sociedad no necesita toda esa abundancia de cacharros, ni tantas personas para administrarlos, ni tanto ahorro de falsos papeles, ni tantos diplomas de oficios raros, ni de tantas personas que nada hacen. La sociedad necesita ocupar el individuo, en actividades que lo motiven, desde el instante de su nacimiento hasta el momento de la muerte. El coste de esta ocupación, plenamente asumible, estará en el rebajamiento de las enormes diferencias entre los que todo lo tienen y aquellos a los que todo le falta.

Sin mucha base para que mi pensamiento se haga realidad, ahí van mis tres soluciones que podrán ser aplicadas si la cosa va en serio.

1.    Rodizio laboral (rotación del deber de vivir ocupado en actividades que críen beneficio social) entre todos los que están en edad productiva.

2.    Mejorar la motilidad y motivación del primer tercio.

3.    Facilitar ocupación voluntaria, parcial o plena, a nuestros padres y abuelos en el tercer estadio de la vida.

Como esto podrá realizarse es tema para otro día. Por hoy el frio ya paraliza mis dedos.

Unha aperta de mans a todos e bicos a todas.

Os acordáis de este vals tocado durante muchos años desde el Cine España?

viernes, 21 de enero de 2011

DIFERENTES SIN RECHAZOS

En esta crónica del insigne colega y paisano de rua, veo una gran pata escorregando na mahonesa.  Vamos ver: los códigos verbales son sin duda una de las grandes maravillas que el hombre ha creado para superar su condición de animallis viviente. Es por medio de esos códigos normalizados que conseguimos comunicarnos entre las más variadas culturas terrestres. Si conoces el mandarín, podrás mezclarte, sin mucho miedo, con cualquier ojo sesgado de China. Si hablas el árabe, podrás decir que tú eres un hombre de paz en el medio oriente. Si hablas portugués y pones a tus pies 8,5 millones de kilómetros cuadrados de la América portuguesa, podrás explicar a indios griegos y troyanos, los beneficios de haber nacido español. Si chapuceas en ingles, tendrás a tus ojos y oídos una enorme biblioteca que ni el Gaias jamás podrá igualarla. Si hablas el español, a quien vanidosamente los meseteros denominan castellano y los no-meseteros se empeñan para olvidarlo, tendrás oídos para escucharte y ojos para verte en una vasta extensión que va desde el sur de Estados Unidos hasta el canal de Beagle, en la Patagonia argentina. Podríamos continuar con una infinidad de ejemplos elementales para justificar el uso de códigos particularizados por el mundo entero. Muchos ni imaginan el placer que produce comprender el código comunicativo del amigo perro o, en mi caso del periquito amable que vuela libre por toda mi casa para alcanzar mis hombros y, al pie de mi oído, demuestra cariño inconmensurable.

Ofrece mi caro patricio meritos que el PP no merece. Suponga por breves instantes que un grupo de inexpertos en comunicación humana venga a Galicia para formular una ley que obligue a hablar y escribir el euskera  a todo cristiano gallego. Y como en la vena económica de Galicia quieren inyectar trabajo chino, imprescindible también será escribir y hablar el mandarín. Todo eso, y apenas eso, sin olvidar todas las variable del latin suevizado en Galicia y universalizado desde Lisboa y Madrid. Y no me diga usted que es de buena educación hacerse el desentendido con nuestros vecinos comunitarios de Europa (franceses, alemanes, italianos, ingleses, húngaros, portugueses, gibraltenses y marroquinos)

Por todas estas razones y muchas otras que no caben en el campo de esta crónica, el mero hecho de que todos somos diferentes es una filosofía elaborada para ser interpretada y calzada por el pie que se anime a sostenerla. Constitucionalmente,  la igualdad tiene que suportar las diferencias y mantenerlas a todo costo. Dicen que es para evitar la monotonía que despierta, en los diferentes económicos,  las  buenas maneras de comer, vestir, vivir y morir, que todos, indiferentemente, deseamos, con diferencias pero sin rechazos, al paso de nuestro cuerpo por este fértil valle de lágrimas.

EGOTISMO

El egotismo nace como consecuencia de algún motivo capaz de centrifugar nuestra emociones de cara a aumentar y mantener una opinión extremamente favorable de nosotros mismos. Por el egotismo nos posicionamos en el centro de un mundo sin cualquier interés para los que nos rodean. Es un concepto estrictamente asociado al narcisismo y a una tendencia incontrolable de hablar y escribir abundante y arrogantemente de uno mismo. El egotismo puede sobrevivir a la poca importancia que uno pueda darse a sí mismo y se distingue por el hecho de que el egotista se describe con valores muy por encima de lo que otros puedan atribuirle. El egotista generalmente explora el altruismo, la irracionalidad y la ignorancia de sus semejantes. Utiliza, cuando puede, algún tipo de fuerza coercitiva y explora el fraude con toda tranquilidad.


Mi muy señor mío y amantísimo gobernador: aprueba usted la tesis coercitiva para obligar las autonomías a que se ajusten a un techo presupuestario como fuente de renta dialéctica para discutir ad infinitum posibles duplicidades entre las distintas administraciones de esta maravillosa isla utópica, con rabo preso a Europa, que suelen reconocerla por el nombre de Spain.

Señor, un Consello de Contas  parroquial sólo sirve para encubrir las malas cuentas parroquiales y, simultáneamente, convencer los aldeanos de que todo aquello, que por orden de dios fue bien pago, buen uso ha tenido, sin mas garantía que la palabra del ángel Lucifer, a quien se atribuyen los gastos. Un Consejo de Cuentas nacional estaría exento (sino mucho, por lo menos un poco más) de las influencias políticas, administrativas, económicas y judiciales del santo parroquial.

Señor, el carámbano no le sale de la lengua, y esto es malo, puesto que en el invierno, un frió prolongado causa gripe. Y de la gripe al catarro en poco tiempo se hinchan los pulmones y, de repente, transmiten a todo el cuerpo aquella insidiosa fiebre  que se producía antaño.

Señor, mi consejo en esta crónica anacrónica es que vista una gruesa bufanda que resguarde la boca.

jueves, 20 de enero de 2011

DIFICIL

Habiendo sido un suceso levemente satisfactorio el Estado de las Autonomias regionales, el próximo paso hacia el abismo sería el Estado de las autonomías parroquiales. A más de un cura, de esos que nada cura y se empanturran con limosnas, tal autonomía les harían alcanzar el rango de califato en sus respectivas mezquitas.

Echando de lado el tema de las Azores y la ridícula administración del accidente del Prestige, me parece justo admitir que Aznar es un buen chico. El hecho de hablar las dos lenguas mayoritarias de España contribuye para este mi sincero reconocimiento. Otra cosa es que en el fuero autonómico de su partido, que yo lo creí ingenuamente mío, una pandilla de torpes autónomos, abanderados por el cura, no permitiese mi modesta contribución para el enfoque y solución de problemas, muchos de ellos aflorando ya en la quietud política del primer año del tercer milenio, en el segundo reinado de Aznar.

La España administrativamente autonómica es absolutamente inviable, simplemente porque el concepto de administración requiere una autoridad central, absolutamente responsable por todo que en la unidad administrativa ocurre. Otra cosa es que el presidente (o el Rey) disponga de una junta asesora muy bien capacitada para identificar problemas de los socios (o paisanos) de la empresa (o del país que dirige). Otra cosa es que la Constitución, atribuyendo al Rey la máxima autoridad sobre todos los españoles, niegue al máximo símbolo de la unidad española cualquier arrimo de responsabilidad. Tal dispositivo es absolutamente incongruente, inocuo y ridículo reflejo de la ignorancia de los principios que rigen la ciencia administrativa desde el siglo XIX.

Aznar no puntúa en la política por su inclinación a la profecía. Pero clarearlo es necesario para que los españoles sepan que de un Estado ahorrador pasamos a un Estado perdulario y masivamente deudor, apenas en tres décadas. Europa, si siguiese el resultado plebiscitario obtenido en España, hoy tendría un gobierno centralizado en Bruselas. Todos los gobiernos autonómicos tendrían que someterse a las decisiones adoptadas en el Parlamento Europeo, y una de ellas, por razones de la lógica del principio de la unidad de comando y responsabilidad, sería suprimir cualquier autoridad autonómica soberbiada en la cabeza de algún místico dirigente regional.

No me parece plausible que se utilice el modelo Fraga como argumento inteligente y base dialéctica para sostener, en clima de autosuficiencia, el estado divisionista y profundamente melancólico de lo que, apenas en España, se maula denominar  Estado de las Autonomías, con ninguna influencia en el resto del mundo.

La multiplicidad de funciones ocasiona ambigüedades con desastrosas consecuencias en cualquier campo del moderno saber humano. No es lógica profética. Es realidad vivida dese el instante en que fuimos paridos, instante en que sería muy difícil entender que las palmadas dadas en el culo fueron administradas para estimular nuestros pulmones a tener gusto por el aire. Pero todavía mucho más difícil es entender, después de una vida vivida, para que pagamos tantos impuestos, para que sirven los alcaldes, los concejales, los diputados diputacionales, los autonómicos, las juntas contrapuestas y contra opuestas, tantos directores y presidentes con sinecuras vitalicias; senadores, marqueses, condes, príncipes, diputados europeos, embajadores, cónsules y etc., etc..

Difícil sí que lo es, pero …


miércoles, 19 de enero de 2011

BUNGA BUNGA

Nunca es tarde para hablar de movimientos políticos para la reforma de la Magna Carta en la comunidad autonómica de Perceebes. Me inspiro naturalmente en el Cartismo que introdujo profundas reformas sociales en los reinos unidos de Gran Bretaña e Irlanda, allá por los años de existencia de mis tatarabuelos, los Regos y los Araujos, los Pose y los Martínez.

Decía mi tatarabuelo:

1.    Un voto para un hombre o una mujer de buena cabeza.

2.    Debe ser secreto para proteger el elector de la tiranía de los caciques.

3.    Cualquier hombre o mujer puede ser candidato a un único cargo electivo y previamente definido. Queda prohibido cualquier discriminación en función de su condición patrimonial, sexo, religión o partido político.

4.    El elegido tendrá remuneración compatible con el cargo público durante el tiempo que lo ejerza, vedada cualquier paga después que cesa en el cargo por haber sido substituido, en sufragio universal, por otro hombre o mujer.

5.    Igualdad de la potencia electiva. Cada voto representará exactamente a la fracción equivalente a uno divido por el total de votos válidos y apurados en el sufragio universal.

6.    Mandato de cuatro años, limitado a dos periodos electivos. Vedado cualquier prorrogación por más de ocho años para evitar el voto cativo, la corrupción y la intimidación. El político de mala conducta, fuera del poder, será pasible de mejor juicio para ser absuelto o para aplicación de la correspondiente pena. 

Mi tatarabuelo contaba como todos los villanos se reunían en la plaza del concello. Les faltaba cohesión, decía, y cada uno tiraba a su manera, sin orden y con mucho desconcierto. Ahora  existe su tataranieto y vive con fuerte apelo a la real democracia del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, que somos todos nosotros, los pronombres personales de cualquier persona o forma, los relativos y también los determinativos.

No podemos escoger libremente un paisano para que nos robe.

En cualquier campo, cuando una persona ocupa un cargo de gran visibilidad, la conducta no puede separarse del papel que el ocupante tiene. Un hombre público para respectar sus paisanos debe probar respecto a si mismo mostrando conciencia irreprochable a la crítica de sus conciudadanos.

Europa vive la moda del Bunga Bunga. Mala moda, sin duda. Y peor, si la fuerza de su onda viene de políticos y clero de elevado rango. Marranos me muerdan si con la velocidad que gira el mundo esta maldita onda no alcanza nuestros cortijos en el lapso de pocos meses.

martes, 18 de enero de 2011

CILINDRO ETARIO


Leo por la voz de mi querida Galicia como el índice de extranjeros cae, al mismo tiempo que el índice de retornados se mantiene estable. En el año recién pasado regresaron a la tierra de origen 3212 gallegos. A este número de repatriados hay que restar la fuga de 6267 extranjeros y nos quedamos con un saldo positivamente negativo de 3055 residentes gallegos. A esta sangría del saldo entre extranjeros que salen y los considerados extranjeros que retornan debemos sumar el gran contingente de candidatos al partido de los excluidos al voto LOCAL (31247 gallegos natos).


Ahora entiendo el sentido de la preocupación e interés de algunos políticos gallegos en furtar el derecho a voto local de los residentes en geografía externa gallega. En la proporción que avanzamos en la regionalización de los poderes del Estado, el poder autonómico, en tesis, adquiere mayor tajo de la receta tributaria. En cortísimo tiempo, descubren los enclíticos del saber político que ese filón de oro no es lucro puro, pues, en paralelo con la receta, el Estado empuja el mico de los gastos sociales. Este es el fulcro de la cuestión to be or no to be tan bien planteada por el amigo Xespir. Para entendernos mejor: el ser o no ser de la politocracia gallega reside en que tantos más gallegos existan para repartir el gasto social menos euros sobrará para alimentar el gran sentido de la esencia política: poder y dinero. De tan magistral idea deriva el interés por la supresión del derecho a voto de los gallegos ausentes por necesidades imperiosas.

El camino de la reducción demográfica es una trilla con pocos atallos. Pero, sí, los hay.  Uno de ellos se muestra en los indicios que favorecen la entrada aparentemente pacífica del capital extranjero. El dinero tiene el poder simbólico que la cruz tuvo en la conquista del pueblo americano. Simbólico y extremamente radical en la fe de un pequeño grupo de aventureros que, con poco más que su voluntad, fueron capaces de derrocar la arrogancia natural del pueblo maya.

Vencido el percurso, el político se da cuenta que ya no le sobran energías para disfrutar del botín. Peor todavía, sus herederos, algunos de matrimonios extranjeros, lo miran con desprecio. Pues si antes eran extranjeros, ahora son locales, y pasan a mirar el viejo político como un traidor de sus anhelos.  

Nos acostumbramos a mirar la pirámide etaria como algo positivo. Reminiscencias de las viejas escrituras, sin duda. Asociamos la base larga con estabilidad y eso históricamente fue una gran mentira del inconsciente. Cuando, en tiempos recientes, la altura de la pirámide comenzó a crecer en ausencia de guerras y epidemias locales, a alguien se le ocurrió que la base se estrechaba y en futuro próximo no habría brazos para alimentar a los encumbrados. Cuando suenan los alarmes, a algunos cunde el pavor y el trastorno del pánico se hace evidente. Los pavoridos, para librarse de lo que presumen un mal mayor, buscaran medios de reducir la altura de la pirámide y aumentar su base. Racionalmente mal se darán cuenta que la figura ideal del simbolismo etario es un cilindro en pie, creciendo en las alturas y con buenos amarres en la base. En el futuro, su ensanche o adelgazamiento dependerá de las condiciones intrínsecas locales o del universo libre en que le sea posible subsistir.