viernes, 14 de enero de 2011

NOCHE DE TERROR

Por aquí, en el verano es previsible la ocurrencia de desgracias colectivas como consecuencia de desastres ambientales. Lo que parece imposible prever es donde van ocurrir, aunque muchos señales de riesgo inminente se hagan evidentes en determinados lugares. Los meses de diciembre y enero registran un índice pluviométrico muy superior a los demás meses del año. Es verano, hace mucho calor y las personas que entran en vacaciones suelen dirigirse a la costa para refrescarse a orillas del mar o se dirigen a zonas montañosas donde el clima es refrescantemente ameno para pasar una temporada apacible.

De repente, en la obscuridad de la noche cae un temporal. Los montes se ven iluminados por ráfagas de chispas, acto seguido se oye el estruendo aterrador del trueno que hace temblar la tierra y todo que en ella existe. Las casas estremecen dando una sensación de falta de equilibrio. Le sigue una rajada de lluvia solida, empujada por el viento. En un momento todos prendemos la respiración para auscultar lo que va pasar en el momento siguiente.
Infelizmente, en algunos lugares el momento siguiente es de indescriptible terror Y aunque sea bien contado por profesionales de la prensa, ni siquiera un video es capaz de describir la angustia y terror de aquellos que fueron protagonistas en el escenario de la tragedia.
Terror en Nova Friburgo
Terror em Teresópolis

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