Mi muy señor mío, perdóneme por haber llegado tarde al mitin. Usted se funde hablando sin mi bendición. Debía haberme consultado antes y yo le informaría que una moneda tiene tres caras, dos planas y una que rueda. La que rueda no cuenta, aunque lo consensue todos sus agentes.
Leyendo una de las caras planas, veo que me hace la siguiente pregunta: si hoy las cajas no son solventes ¿porque habrían de serlo ayer? Muchas razones palpitan en la boca de los gallegos. Ha habido mucha improvisación en todo el lero-lero de la fusión. Para una fusión que daría origen a un banco gallego con nombre de caja sería necesario mejor ordenamiento de los planos y una cultura menos propensa al embroio corporativo. Es eso lo que ahora pasa: frente a la improvisación, el rigor del Banco de España como entidad normativa: frente a la frivolidad insulsa de un mal ajuste, la futilidad tras de una unión inconsecuente se hace necesaria.
Cada una por sí y las dos por separado, ambas cajas tenían crédito del pueblo gallego. Unidas no son mejores. Son otra cosa. Y cada cosa en su debido lugar. Un solvente mezclado con la gasolina produce una tercera substancia, homogénea, pero en muchas circunstancias la nueva cosa puede ser fatalmente prejudicial al buen funcionamiento de un motor regulado para determinada octanaje.
A todo momento yo veo que usted no confía en mi taco. Manda preguntar a Madrid si quiere salvar su caja. ¿Que piensa usted que ellos van responder si la caja no es del gobierno de Madrid?. La caja es gallega y está regulada por una ley suya, que es gallega y dice que los gallegos son los dueños de la caja. Y la caja podrá actuar a la moda gallega y por aquí la gaita suena como peta el buen gaitero. Eso sí, siempre con transparencia de resultados y buena aplicación de los beneficios.
No hable usted del FROB a los gallegos, pues todos ya sabemos que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria ha nacido para hacer deudas hasta 90 mil millones partiendo de una dotación inicial de 9 mil millones de euros. Si insiste en tomar dinero del FROB, nosotros, sus vecinos gallegos, vamos pensar que la nueva caja cojea por falta de dinero.
Sabemos que usted ha jurado cumplir todas las leyes. Lo hizo por un consejo mío. Pero valla a modiño para que lo jurado no se transforme en perjurio, pues en el futuro, si quiere dinero nuevo, tendrá que vender la caja solvente de azul y hacerla privada, pintada de oro y con nombre de banco, puesto que el nombre de caja está reservado para finalidades sociales.
Mi consejo: no levante más las manos para hacerse el asaltado. Lea los documentos, los suyos y el de los otros, y verá como por las letras que en ellos pusieron no hay conciliación posible.
Otra cosa será si usted sube al palco y ordena nueva ley abortando la anterior.
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