martes, 25 de enero de 2011

REENCUENTRO EN NEPTUNO

Ni desesperado ni perdido. Yo sabia a donde iba, pero imaginaba algunas alternativas que podría ser aterradoras, pues, a semejanza de lo que ocurre ahora, ninguna orientación me fue ofrecida desde el gobierno, salvo un certificado de trabajo junto a la notaria de Corcubión, (indispensable para permisión de ingreso en el país de destino), un certificado de buenos antecedentes de la Guardia Civil y un certificado de fe religiosa emitido por el cura del pueblo.

Todos eran documentos españoles, de Galicia, pero españoles.

Cincuenta años después, sin trabajo y en edad avanzada para obtener la merecida jubilación, desde la Coruña, la Seguridad Social española niega validad para efectos de jubilación en el país de emigración. Una verdadera vergüenza para evitar contribuir con un valor insignificante de España a mi jubilación de América. Pero lo más vergonzoso es saber que la España rica no honra la fe puesta con timbres oficiales en los documentos que la España pobre ofreció a otros países para que nos dejaran entrar como emigrantes.

En el fondo de mi alma, a la edad de 71 años, me desespera pensar que la Seguridad Social de aquí piense que los documentos de ahí eran falsos y resuelva condenarme suspendiendo mi merecida pensión de jubilado. Por si las moscas, me candidato a cobaya espacial  para conseguir trabajo de la Nasa en el próximo viaje a Neptuno.

Tengo experiencia y muchos títulos universitarios, todos auténticos, os lo aseguro. Si algún joven desea heredarlos, mándeme su nombre y dirección y yo lo pondré en mi testamento.



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